Cada 8 de diciembre, día de la Virgen Inmaculada Concepción, las madres panameñas tienen su día especial pues se celebra el Día de la Madre.
Con esta celebración, las personas buscan resaltar el valor tan especial que está representado en la figura materna, como una forma de reconocer su amor incondicional, dedicación y sacrificio; es una fecha para resaltar el papel fundamental que desempeñan las madres en la vida de sus hijos y de la familia en general.
Aunque en el plano realista se expresa como una fecha comercial, promovida, como muchas otras, para incentivar las ventas de productos y servicios dedicados a las madres, en esencia se asume como una oportunidad de rendir homenaje a un ser tan importante para toda familia, compartir y disfrutar de su presencia y compañía.
El origen
La celebración del Día de la Madre nace del espíritu combatido y social de Ann Maria Reeves Jarvis, quien nació un 30 de septiembre de 1832 en Virginia y fue una activista social durante y después de la guerra civil norteamericana.
Ella y su hija, Ana Jarvis, son recordadas como las fundadoras del Día de las Madres en los Estados Unidos, debido a las reuniones que organizaban en que las madres intercambiaban opiniones sobre distintos temas de actualidad. A raíz de esto, la celebración se extendió en diversas fechas a muchos países del mundo.
El Día de la Madre en Panamá
En la mayoría de los países del mundo, el Día de la Madre se celebra en el mes de mayo, generalmente el segundo domingo de ese mes, lo cual permite que la celebración sea estrictamente dominical y se ajuste según el calendario a un día en particular.
En el caso de Panamá la historia ha sido otra, pues en el año 1924 el entonces presidente de la República, Belisario Porras, emitió una resolución donde se establecía que el 11 de mayo quedaba fijado oficialmente como el Día de las Madres; sin embargo, 6 años después (1930), un grupo de mujeres católicas solicitaron a la Primera Dama de la época, Hercilia de Arosemena, esposa del presidente Florencio Harmodio Arosemena, que la conmemoración fuera trasladada al día de la Virgen Inmaculada Concepción.
La petición fue aprobada por el órgano legislativo (sin asociarlo con esta celebración religiosa) a través de la Ley 69; y se convirtió en una fiesta nacional, cuyo día se considera feriado para todos.





