Fue monarca de UK, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Bahamas, Granada, Papúa Nueva Guinea, Islas Salomón, Tuvalu, Santa Lucía, Jamaica, San Vicente, Belice, Antigua y Barbuda y San Cristóbal y Nieves. Viajó a 116 países sin usar pasaporte. Se convirtió en reina a los 25 años de edad y fue coronada en 1953 a los 26.
Su coronación fue la primera televisada en la historia. La celebración oficial de su cumpleaños era el 2do. sábado de junio y no el 21 de abril, día en que nació.
Sabía conducir y arreglar camiones del ejército.
Tuvo más de 30 perritos Corgis; en su mayoría, todos descendientes de su primera mascota y por su investidura, era la dueña de todos los delfines, ballenas y esturiones a tres millas de la costa de Reino Unido. También de los cisnes que habitan en el Támesis.
Vestía colores llamativos en actos públicos para ser identificada rápidamente.
Fue la primera monarca en enviar un email; su destinatario fue el secretario de Defensa de los EE. UU.
Tomaba todos los días un martini, una copa de champán, una de vino con las comidas y una de ginebra antes de dormir.
En 2018 dejó de usar la corona imperial porque le impedía mirar hacia abajo para leer los discursos.
A los 17 años de edad fue guía de niñas en los Scouts.
Recibió a 16 primeros ministros. El primero: Winston Churchill (1951-55); y la última, Liz Truss (2022).
Durante su vida, recorrió el equivalente a 42 vueltas al mundo. Su comida favorita era el pan con mermelada.
No fue al colegio, pero dominaba perfectamente el francés y alemán.
Tenía más de 30 caballos de carreras, a los que les elegía nombre y alentaba en competencias.
Su última aparición pública fue el 6 de septiembre al recibir a Liz Truss, primera ministra de UK.
La letra del himno nacional británico cambiará la frase Dios salve a la reina por Dios salve al rey.