Un enfoque muy particular sobre la pandemia del Coronavirus habla del riesgo que existe en este momento para aquellas personas que experimenten angustia, temor, desesperanza e incertidumbre, pues esta condición de agudo estrés podría afectar el sistema inmunológico y en consecuencia ampliar las posibilidades de adquirir el virus.
Esta versión la explica la doctora Marianela Castés Boscán, fundadora de la cátedra de Inmonología y Laboratorio de Psicoinmunología en la Universidad Central de Venezuela, hoy día radicada en Panamá y colaborando con el proceso de contención de la pandemia.
“Lo que está ocurriendo es un tema de psiconeuroinmunología, porque esta ciencia nos habla de la conexión que existe entre la mente, la psiquis, el sistema endocrino y el sistema inmunológico. En esta pandemia del Coronavirus tenemos dos componentes directamente involucrados, la mente y el sistema inmunológico”, asegura.
La científica venezolana señala que primero debemos entender que todo proceso de infección tiene que ver con el sistema inmunológico, que es el que nos defiende de microorganismos, bacterias, hongos y virus, como es el caso. El hecho de que tengamos un 80 por ciento de manifestaciones leves de la infección nos muestra que el sistema inmunológico está funcionando.
“Lo preocupante en este caso es la parte del psico, o lo que tiene que ver con la mente, pues cuando se presentan casos preocupantes que generan estrés, como en efecto ocurre en una pandemia con estas características, el organismo segrega una cadena de hormonas y se producen en las glándulas suprarrenales moléculas como el cortisol, que son fuertes supresores de la respuesta inmune. El estrés asociado a esta pandemia puede producir una supresión de la respuesta inmune cuando más la necesitamos, y puede ocurrir que nuestro organismo no nos defienda”.
Boscán insiste en la explicación diciendo: “mientras más me estreso y mientras más me asusto, más riesgo corro, porque precisamente mi sistema inmunológico, que está hecho para que me defienda, no puede hacerlo”.
En esta situación, a medida que va pasando el tiempo la gente se va estresando más, y lo hace porque perdió su cotidianidad, porque está aislado, porque tiene incertidumbre, desesperanza, miedo y a medida que pasan los días, ese nivel de estrés va en aumento, lo cual afecta directamente el sistema inmune, base para el planteamiento de la docente universitaria.
¿Qué hacer?
“Hemos creado el movimiento de inmunoalfabetización, mediante el cual se promueven ejercicios para activar el sistema inmunológico, una forma de pasar de la angustia y el temor a la responsabilidad, eso ocurre cuando los seres humanos entendemos mejor las cosas, cuando tenemos control sobre lo que nos pasa y además tenemos un sentido de cómo y por qué hacer las cosas que debemos para ayudar a frenar el virus. Se trata de que cada uno asuma la responsabilidad de evitar su propagación.
La información veraz y correcta ayudan mucho en esto porque favorece la comprensión y la tranquilidad, la información falsa genera todo lo contrario, de allí la importancia de acudir a las fuentes oficiales y medios de comunicación de comprobada reputación; bajar la atención a los espacios en redes que difunden información irresponsablemente no confirmada.