Texto y fotos: Eduardo Canelones
Usualmente cuando pensamos en la aventura de subir una montaña, lo primero que suele venir a la mente es el tiempo de planificación, preparación física y comúnmente la inversión económica que ello requiere; pero pocas veces pensamos en la satisfacción que representa llegar a la cima y compartir con la naturaleza, lo cual se traduce automáticamente en concientización ecológica y bienestar físico y mental.
Para adentrarse en el mundo del senderismo muchas veces se requiere poco más que las ganas, ya que nuestras tierras panameñas han sido bendecidas con innumerables escenarios para la práctica de este deporte, como es el caso de Cerro Trinidad, que forma parte del Parque Nacional Altos de Campana, ubicado en Capira, tomando la vía hacia Lídice, a escasa hora y media de la capital en transporte particular.
Cómo llegar a la falda del cerro
En caso de ir en vehículo propio debes tomar la vía principal hacia Capira, avanzar hasta el puente de Villa Rosario y cruzar tomando como referencia la Panadería Cesarín, en esa calle solo queda avanzar recto hasta encontrar el arco que da entrada a la comunidad de Lídice y de allí estarás a un paso de la falda del Trinidad.
En caso de ir en transporte público debes tomar un bus en Capira con dirección a Lídice y pedir indicaciones sobre dónde tomar las “chivas” que llevan hacia Cerro Trinidad.
El ascenso
Es importante recalcar que a pesar de ser un sendero bien marcado hace falta guía turístico para subir de manera segura, ya que hay un tramo en el que hace falta instalación de cuerdas. Recomendamos comunicarse con Luis Carlos Rodríguez (6593-5174) conocedor del cerro y líder comunitario.
La subida inicia con lomas de regular altura y árboles frutales que regalan meriendas para apoyar el recién comenzado reto. La vegetación es espesa, pero aún permite la vista al cielo, cosa que a medida que se avanza se va tornando en un desafío pues el azul del espacio infinito desaparece rápidamente entre el tupido boscaje.
La sensación que produce esa desconexión se olvida en el trayecto gracias a presencia de incontables y coloridas mariposas, orugas e insectos que en el camino se dejan ver. A su vez, y como si se tratase de cualquier otro aspecto natural de la vida, a medida que se avanza, el camino se hace más difícil y propone nuevos retos, entre ellos, las empinadas lomas con rocas resbaladizas que ponen a prueba las destrezas del senderista; por suerte, la naturaleza siempre noble, te ofrece en casi todo momento lianas, bejucos, árboles y raíces que prestan un apoyo imprescindible y te dan la oportunidad de sacar a relucir tu mejor versión de Indiana Jones.
Los paisajes que ofrece el ascenso son dignos de admirar y te reconfortan en cada descanso; los sonidos de las incontables especies de aves no cesan y son como una melodía que guía el ritmo que tanto se necesita para olvidar el cansancio.
En aproximadamente una hora y quince minutos de trayecto llega el mayor reto del ascenso y con él la oportunidad de sacar a relucir el aventurero que llevas dentro. Los guías se encargan de instalar las sogas y te indican con paciencia y amabilidad la mejor manera de superar la dura, pero a la vez divertida prueba de elevación. Una vez superado éste tramo, es imposible no sentir el subidón anímico que brinda la adrenalina, acompañado de la emoción que se siente cuando el sol y la brisa dicen presente, indicándote que la cima está muy cerca, a solo un tramo moderado de loma, bordeado por una cortina verde cada vez menos espesa y que deja ver entre sus ramas pequeñas pistas del paisaje que atesora el esfuerzo. La sensación exacta es que sientes que no has soltado la soga cuando ya estás en la cima; el paisaje natural que allí se encuentra alivia el cuerpo y la mente, junto con la biblia de concreto que adorna la cima y los imponentes cuernos montañosos, es fácil concluir con que es una aventura en la que vale la pena embarcarse.
Recomendaciones
-Guía turístico, para evitar riesgos y disfrutar del conocimiento que éstos brindan.
-2 litros de agua son suficientes para completar la subida y descenso.
-Merienda para recuperar el esfuerzo (frutos secos o normales)
-Calzado adecuado para contrarrestar el resbaloso camino y pantalón largo preferiblemente impermeable.
-Llevar cuerdas de escalar.
-Bolsas para los desechos.
-Importante conocer a lo que vas. Infórmate bien antes de partir.
-Nunca ir solos.
-Llevar repelente, protección solar y una linterna.
Algunas rutas para hacer senderismo en Panamá
-Parque Natural Metropolitano
-Cerro Ancón
-Rainforest Discovery Center (Gamboa)
-Cerro Campana
-Cerro Azul
-El Charco (Parque Nacional Soberanía)
-La India Dormida (Antón)
-Cerro el Gaital (Chiriquí)
-El Retoño (Parque Internacional La Amistad)
-Volcán Barú