Charity Shop ha impuesto un concepto diferente en lo que a tiendas se refiere. Bajo este innovador concepto, su misión apunta a transformar la moda de segunda mano en una fuente de impacto social positivo, creando un espacio donde las personas puedan comprar prendas de alta calidad mientras apoyan a fundaciones sin fines de lucro en Panamá. La muestra de que lo han logrado es la gran cantidad de organizaciones sociales que se vinculan con ellos y que obtienen beneficios de esa interacción.
Mediante este modelo de negocio se desarrollan dos ejes, en uno se transforman las donaciones en efectivo para las fundaciones. Este efectivo se obtiene de la venta de las prendas en la tienda. En otro caso, las personas pueden especificar que su donación se destine a una fundación en particular, brindándoles la satisfacción de elegir a quién desean ayudar.
Gabriela Mulino es la persona que impulsa esta iniciativa nacida de su sueño de crear su propia tienda de ropa. Los cambios que sembró la pandemia a su paso abrieron las puertas a la oportunidad de hacer realidad ese sueño de una manera muy especial.
La historia deriva de Promises, un proyecto visionario creado por Rosalind Baitel hace más de 20 años, con el que Mulino se sintió conectada. “Decidí continuar con esta maravillosa iniciativa y transformarla en Charity Shop, manteniendo la esencia de su propósito, pero también adaptándola y expandiéndola para llegar a más personas y causas en Panamá”, dice entusiasta y orgullosa.
Actualmente, la tienda se ubica en la Calle 74 San Francisco, entrando por la Casa de las Baterías, en Golf Plaza.
¿Has visualizado una evolución hacia acciones de mayor impacto?
Definitivamente. Uno de nuestros objetivos es seguir ampliando nuestro impacto social de manera más directa. Aunque actualmente trabajamos con más de 40 fundaciones, hemos considerado la posibilidad de crear nuestra propia fundación para abordar casos específicos y brindar ayuda directa a las personas que más lo necesitan, sin depender exclusivamente de las fundaciones aliadas.
Además, nos encanta involucrarnos en las comunidades a través de visitas y actividades que refuercen nuestro propósito social. Esto nos permite estar más cerca de las personas que queremos ayudar y entender mejor sus necesidades. Nuestra misión es evolucionar constantemente para ser un puente que conecte a quienes desean ayudar con quienes necesitan apoyo, creando un impacto más significativo.
El modelo ahora se basa exclusivamente en donaciones, lo que permite que cada prenda que llega a Charity Shop sea una contribución directa al impacto social y ambiental que buscan generar.
Es más que solo ropa
Gabriela Mulino es una inspiradora por naturaleza, su voz y sus gestos la delatan. Ella es diseñadora gráfica con una maestría en Mercadeo y Publicidad con énfasis en creatividad. Afirma que la moda está cambiando, y los thrift shops como Charity Shop no solo son una tendencia, sino una respuesta concreta a los desafíos ambientales y sociales de este tiempo. Cada prenda representa más que solo ropa: “es una oportunidad para reducir el desperdicio, fomentar el reciclaje y crear un impacto positivo en la comunidad”.
Gabriela cree firmemente es que cada prenda cuenta una historia. Una chaqueta, un vestido o un accesorio pueden haber acompañado momentos especiales en la vida de alguien, y al pasar a manos de otra persona, continúan siendo parte de nuevas historias. Este enfoque humano es lo que hace que Charity Shop sea más que una tienda; es un espacio donde moda, propósito y comunidad convergen.
¿Existen condiciones establecidas para los donantes?
Sí, pedimos que las prendas estén en buen estado, limpias y listas para una segunda oportunidad. Esto asegura que podamos ofrecer artículos de calidad a nuestros clientes y maximizar el impacto de cada venta. En Charity Shop aceptamos todo tipo de artículos de vestir, desde ropa de mujeres, hombres y niños, hasta accesorios como zapatos, bolsos y joyería. También recibimos pequeños adornos para el hogar.
Cuando la selección de las fundaciones beneficiarias corresponde a la tienda, ¿cuáles son los criterios de selección?
Seleccionamos las fundaciones con base en varios criterios:
Además, nos aseguramos de rotar el apoyo entre fundaciones para llegar a la mayor cantidad de beneficiarios posible.
¿Cuántas personas están involucradas en Charity Shop Panamá?
En Charity Shop somos un equipo pequeño pero muy comprometido. Somos tres personas quienes nos encargamos de que todo funcione: dos dependientas maravillosas y yo, que soy la cara del proyecto. Todas hacemos de todo, desde atender a los clientes y organizar las donaciones hasta planificar las acciones sociales y mantener el propósito de la tienda vivo. Aunque somos pocas, trabajamos con pasión y con el objetivo de maximizar el impacto que podemos generar juntos.
Además de su equipo de trabajo, Gabriela Mulino cuenta con su entorno más cercano, su familia, ahí destaca Javier Cattan, su esposo, quien la apoya incondicionalmente en cada una de “las locuras que se me ocurren”; y Adrián y Alexia, sus hijos y, según sus propias palabras, su mayor inspiración y el motor detrás de todo lo que hace.
¿Quién es la persona a la que más admiras?
La persona que más admiro es, sin duda, mi mamá. Ella me ha enseñado desde siempre el valor de ayudar a los demás, una lección que ha marcado profundamente quién soy y lo que hago. Es una mujer increíblemente resiliente. A pesar de enfrentar una enfermedad autoinmune, nunca ha permitido que esto la detenga. Sigue trabajando con el mismo empeño y determinación de siempre, demostrando que no importa lo difícil que sea la situación, la actitud lo es todo.
Admiro su fortaleza, su pragmatismo y su manera tan real de ver la vida. Es un ejemplo constante de cómo superar los desafíos con dignidad y cómo siempre podemos tender una mano a quienes lo necesitan, sin importar nuestras propias circunstancias. Es la mujer más fuerte que conozco, y cada día me esfuerzo por honrar lo que me ha enseñado con mi trabajo y mi vida.