El sonido de los cascos de los caballos y el altavoz dominical de “partidaaaa” aún resuenan en el recuerdo de los vecinos de Campo Alegre y de El Cangrejo porque antes del nacimiento de la barriada de Obarrio, este sector de Bella Vista albergaba el hipódromo de la ciudad.
La zona se llamaba Juan Franco y fue fundada en 1957, y ese era el nombre también del recinto hípico, que estaba ubicado donde ahora está Galerías Obarrio.
La finca donde estaba el hipódromo Juan Franco pertenecía a Nicanor A. De Obarrio, según explica Harry Castro, médico, historiador y periodista y precisamente fue fundado por la familia Obarrio, por Tomás Gabriel Duque y un grupo de inversionistas. Donde hoy queda el restaurante Minimax y sus alrededores, eran los exteriores del hipódromo, y justo donde hoy está la farmacia Arrocha, eran los establos y cerca quedaban algunas cantinas.
Funcionó desde el año 1922 hasta 1956, y tenía un Club House; allí fue asesinado a tiros el presidente José Antonio Remón Cantera, el 2 de enero de 1955.
Los testigos del hecho narraron en su momento que el Presidente Remón se encontraba en el lugar celebrando el triunfo de uno de sus caballos. Estaba acompañado de sus amigos, gente del gobierno y sus escoltas. De pronto, sin saber de dónde, se escucharon ráfagas de disparos que sorprendieron a todos; el presidente Remón cayó en el piso con la camisa ensangrentada, a su lado cayeron otros hombres que lo acompañaban. La reacción de los escoltas fue tardía.
Fue el primero y único magnicidio perpetrado en Panamá en toda su historia, hecho que consternó a todo el país y a las naciones vecinas, generando cambios importantes en el curso de la historia política y marcó el paso a otros acontecimientos que comprometieron la democracia en los años siguientes.
Autores
Media docena de libros se han escrito sobre las investigaciones de este magnicio, sin embargo, en 2023 el escritor César Brandao publicó "Quién mató a Remón", en el que, a diferencia de las publicaciones anteriores, donde el interés está en el proceso judicial contra el vicepresidente José Ramón Guizado, éste centra su contenido a la autoría material, sustentando la tesis de una conspiración planificada y ejecutada por el abogado Rubén Miró, con la aprobación de Guizado y la participación de altos oficiales de la Guardia Nacional.
También, en 2023, el abogado, político, diplomático e historiador, Guillermo Willy Cochez, publicó la obra “¿Quién mató a José Ramón Guizado?, donde se escudriñan esas escabrosas historias de asesinatos, relacionadas al poder. En este caso, Cochez se refiere a la muerte moral de Guizado, quien, según su versión fue víctima de un complot para sacarlo de la presidencia.
La noche del asesinato, Guizado asumió el cargo de presidente de la República, y solicitó la colaboración internacional para resolver el caso del magnicidio por el ser el primer acontecimiento de tal magnitud en los primeros años de la República. Días después, sancionó la Ley No. 3 del 7 de enero de 1955, ordenando la investigación del asesinato.
Durante las investigaciones, el abogado Rubén Miró Guardia confesó la autoría del asesinato y acusó a Guizado como cómplice y autor intelectual del crimen y fue juzgado y condenado antes de que el acusado principal fuera llamado a juicio. Sin la existencia de prueba alguna sobre la veracidad de las acusaciones, la Asamblea Nacional de Panamá destituyó al presidente Guizado y lo condenó a siete años de cárcel, situación que fue considerada por parte de la población como un golpe de Estado parlamentario. Durante el juicio el abogado Miró Guardia se retractó de su declaración inicial y denunció que había actuado bajo amenazas, pero los poderes públicos panameños no rehabilitaron a Guizado, sino hasta el año 1957 en que los tribunales de justicia lo declararon inocente y fue puesto en libertad.