Comunidad

Corregimiento de San Francisco celebra 98 años

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San Francisco en su génesis era un pueblo desasistido; sin embargo, el destino le signó para que su gente fuera precursora de lo que hoy representa uno de los corregimientos más prósperos de Panamá.

Su nombre proviene del mar, alimentado por la fe y una peculiar circunstancia que marcó para siempre la vida de aquellas personas. Como surgido de una fábula bíblica, el destino quiso que la imagen tallada en madera con un hábito color café, emergiera de las aguas y se mezclara con los peces atrapados en las redes de los marinos. Los moradores reconocieron la silueta de aquel modesto náufrago. Se trataba de una réplica de San Francisco de Asís, una ofrenda de bienvenida a los pescadores desplazados, como los primeros vecinos de La Caleta.

Historia

Antes de la llegada de los españoles, el área que ahora se conoce como San Francisco estaba habitada por varios grupos indígenas, incluyendo los Cuevas y los Coclé. Estos grupos vivían en pequeñas aldeas y subsistían de la caza, la pesca y la agricultura.

Los colonizadores convirtieron el área que en un futuro sería San Francisco, en zona de explotación minera, de la que extraían valiosos minerales metálicos que enviaban a España.

Más tarde, con la fundación de lo que hoy conocemos como Panamá Viejo, el área de San Francisco fue poblada por españoles y el territorio se anexó a la nueva ciudad provincial de la colonia.

La destrucción de esta ciudad en el año 1671 obligó a sus habitantes a establecerse en zonas de resguardo y una de ellas fue la que hoy forma parte del corregimiento de San Francisco, muchos se establecieron ahí a la par de la nueva ciudad que se construía en San Felipe.

98 años

Después de la independencia, el área de San Francisco siguió creciendo y se urbanizó más, con la construcción de nuevas carreteras, parques y edificios públicos. Uno de los proyectos más significativos de esta época fue la construcción de la Avenida Central, que ahora es una de las principales vías de la Ciudad de Panamá y atraviesa el área de San Francisco.

El 9 de agosto de 1926, tres años después de que el presidente Belisario Porras fundara oficialmente la comunidad de San Francisco de la Caleta, se crea oficialmente el corregimiento de San Francisco.

Han transcurrido 98 años del acuerdo municipal Nº 22 de la República de Panamá, mediante el cual se crea la entidad que desde ese mismo instante inició un desarrollo vertiginoso que la ha convertido en una urbe moderna y dinámica, caracterizada por un importante movimiento económico y urbanístico.

Desarrollo

Además de haber sido un lugar para la diversión y el esparcimiento, San Francisco se convirtió en un imán para atraer gente que deseaba convertirse en un vecino más. Ello permitió que el área residencial se expandiera hasta los límites de hoy y alcanzara un número superior a los 43 mil habitantes. El desarrollo comercial ha sido la otra bendición de este corregimiento, hecho que lo convierte en uno de los más importantes del país desde el punto de vista económico.

Aunque su entorno parezca hostil, mantiene su corazón noble ocupado por 57 hectáreas de verdor que preservan en las instalaciones del Parque Omar. Un tesoro bien resguardado que la capital istmeña agradece catalogándola como el “pulmón de la ciudad”.

En los últimos años, la ciudad ha logrado importantes avances en lo que sus residentes han considerado una necesidad. El ordenamiento urbanístico, apoyado en un procedimiento participativo, por primera vez en su historia, San Francisco levantó un plan de desarrollo creado por su misma comunidad.

El Plan de Ordenamiento Territorial fue aprobado en el año 2018 y su aplicación ha avanzado progresivamente, lo que implica que ahora el crecimiento de la ciudad se enmarca en normas y parámetros que permiten sobrellevar su impacto y proteger algunos aspectos que sus residentes valoran como inalienables.

Adversidades

El desarrollo no viene solo, por lo general arrastra situaciones indeseables que se convierten en problemas para los residentes. El caso de San Francisco es reflejo de ese crecimiento acelerado que ha experimentado y la dinámica ha rebasado la planificación. Cuando esto ocurre surgen problemas y desencuentros.

Una de las adversidades más notorias, que se replica en el resto de la capital panameña, es el de los estacionamientos. El desarrollo comercial superó la posibilidad de crear normas y regulaciones y ahora vemos como han proliferado establecimientos comerciales que no han previsto la construcción de estacionamientos, y la solución a esta necesidad ha sido ocupar los espacios peatonales para parquear a sus clientes.

Los afectados, en este caso los peatones, se quejan de tener que arriesgar sus vidas caminando por las calles. La situación se ha vuelto tensa y las autoridades parecen no tener una solución en el corto plazo. De esta manera, algo que resulta positivo para el fortalecimiento económico del corregimiento y la revalorización de las propiedades ubicadas en la zona, genera una situación incómoda y altamente explosiva.

El ruido es otro factor negativo que debe ser atendido. Las opciones de diversión y vida nocturna se han triplicado en San Francisco, trasladando un problema recurrente en varias zonas de la ciudad: el ruido. Música, juegos y actividades recreativas alteran el silencio y la paz que solía reinar en el corregimiento, convirtiendo las noches en una mezcla de sonidos que irrita a los vecinos.

Recomenzar

Los resultados de las elecciones generales del 5 de mayo de 2024 han dado nuevos aires al país y San Francisco es uno de los corregimientos donde se respira una etapa de reinicio. El cambio en la administración comunal ha generado expectativas muy positivas en la población.

La nueva Junta Comunal busca cambiar la inercia por una dinámica de cambios y soluciones a los problemas más emblemáticos de la entidad. Esto incluye mejoras en los servicios públicos, limpieza, vialidad y ornato.

Los planes del nuevo alcalde de Panamá son ambiciosos y se conectan con los de la Representante de San Francisco, lo cual dará un nuevo semblante al corregimiento en cuanto a aceras, arborización, paradas de transporte público, señalización, limpieza, espacios recreativos, disposición de desechos, entre muchos otros elementos de urbanismo y paisaje.

A ellos debe sumarse la aplicación de sanciones establecidas en la Ley y la creación de nuevas disposiciones para atacar los problemas más importantes. Hay una Ley Antirruido en la Asamblea Nacional que está por aprobación y ya se han dado gestiones ante las autoridades de tránsito para atender el problema de los autos mal estacionados. Estas son acciones que aseguran un futuro inmediato próspero para San Francisco y una mejor ciudad para todos.