Nació en la Panamá de 1953, un 22 de diciembre, en un país y en una ciudad muy diferente a la que conocemos ahora, época en la que los padres no tenían mucho en cuenta las actividades extra académicas de sus hijos, sin embargo, todas las pasiones que han movido la vida de nuestro vecino destacado, Luis Tovar, y que a sus 70 años son su felicidad, fueron sembradas por su padre, quien era militar y maestro de esgrima. Su abuelo fue también militar, del ejército de Colombia.
“Siempre he vivido en Bella Vista. Inspirado por mi padre inicié en las artes marciales; he dedicado toda mi vida al esgrima, y a los 8 años ya practicaba tiro en el polígono de Albrook, con los estudiantes de mi padre, que pertenecían al ejército norteamericano. Mi papá también me enseñó a nadar, boxear y a montar a caballo”. Sin tener recursos suficientes, también le pagó un profesor personal de acordeón, quien le daba clases en su casa. Fue un hijo definitivamente afortunado.
Un deportista de alto desempeño
Tovar estuvo en la Selección Nacional de Esgrima; a los 17 años representó a Panamá en el Suramericano Juvenil en Río de Janeiro. Después continuó un entrenamiento muy fuerte para los Centroamericanos del año 1970, que tuvieron como sede Panamá. Llegó a ocupar el tercer lugar en los Juegos Deportivos Bolivarianos. Acumuló varias medallas. Continuó en diversas competencias, pero durante la dictadura de Noriega vetaron el esgrima en Panamá, que lideraba su padre, por lo que quedó fuera del deporte a sus 22 años.
A los 26 años inició en el mundo del arte marcial del Hadkido, una disciplina de defensa personal, militar y civil que ha estado practicando por 44 años y que la aprendió de un maestro coreano. Es cinturón negro y hace dos años fundó su gimnasio en El Cangrejo, justo detrás del colegio La Salle, donde hace una labor, sin fines de lucro, para que los niños y jóvenes puedan desarrollar la habilidad física y mental que siembran los deportes relacionados con las artes marciales. Allí practican esgrima, jiujitsu, defensa personal y más. “Esta labor renueva mi espíritu cada día”.
Luis Tovar también incursionó en el Pentatlón moderno, durante casi 24 años, de forma ad honorem, como instructor del equipo nacional. Es practicado por todos los ejércitos del mundo y que involucra a cinco disciplinas: Salto a caballo, carrera a campo traviesa, tiro, natación y esgrima. “Lo hice con mucho amor, pasión y dedicación”.
La música también lo hechizó
Su faceta artística se desarrolla a los 10 años, practicando acordeón en su casa, y más adelante, ya en los primeros años de estudios de odontología en la Universidad de Panamá, participó en la estudiantina musical. Además, formó parte de la famosa agrupación Multigénero panameña de Tito Medina, que se presentaba en diferentes instituciones públicas y privadas, así como en el Club Unión. Era solo para eventos muy especiales, no era música bailable. Al morir su director, él funda el grupo Aires del Pinar que siguió el mismo camino de la anterior. “Sigo añorando mi faceta musical”.
Un vecino voluntario que diseña sonrisas
Tovar es un hombre que necesita estar haciendo muchas cosas y le gusta ayudar a otros; muestra de esto es que se enfila en el Benemérito Cuerpo de Bomberos de Panamá como voluntario del cuartel Ricardo Arango, también de Bella Vista, donde estuvo varios años.
Sigue ejerciendo la odontología privada, apoyándose en un equipo formado por él. Se dedican a la parte cosmética, como colocación de prótesis dentales, diseño de sonrisas, blanqueamiento y más.
Cuando le preguntamos que cuál de sus facetas le apasiona más, dijo sin titubeo, “todo me apasiona: la música, la fotografía, la odontología y las artes marciales”.
Al consultarle sobre lo que él considera que se debe mejorar en El Cangrejo, dijo que la seguridad, la recolección de basura, la iluminación y aceras. “No hay buenas aceras, especialmente para personas mayores”.