El tema del calendario en esta civilización que aun puebla la tierra tiene variaciones que muchos desconocemos y se manejan en él ajustes para que sea funcional y esté sincronizado con el proceso de estaciones, ciclos lunares y el movimiento del planeta. Uno de estos ajustes, tal vez el más emblemático, es la creación del año bisiesto, en el que su mes más corto, febrero, suma un día cada 4 años.
Nos permitimos reproducir aquí una referencia publicada por la periodista Alejandra Oraa en sus redes sociales y que destaca el significado de un día como hoy, cuando el calendario registra la fecha 29 de febrero.
La verdad es que nuestro calendario no es un número redondo. Según la NASA, el año tiene 365 días, 5 horas, 48 minutos y 46 segundos. Esto hace que a fin de cada año «se nos acumule» ese tiempo y se podría decir que se «recuperan» cada cuatro años en un día, el 29 de febrero.
Los romanos hicieron oficial el año bisiesto bajo Julio César, pero ese calendario fue revisado 1.500 años después por el Papa Gregorio XIII porque las estaciones se habían desviado aproximadamente 10 días. Y fue en 1582 que se tomó una medida bastante particular: se pasó de la noche del 4 de octubre a la mañana del 15 de octubre para poder solucionar errores en nuestra contabilidad de días. Fue así que de manera oficial se «perdieron» 10 días en la tierra. Ahora los años divisibles por cuatro son años bisiestos, excepto los años centenarios.
Curiosidades del año bisiesto:
- Si naciste hoy, ¡felicidades! Tendrás un «cumpleaños oficial» cada 4 años. Los nacidos en esta fecha son conocidos como «leaplings» o «leapers». Enfrentan el dilema de elegir qué día van a celebrar su cumpleaños en los años no bisiestos.
- En algunas culturas, el 29 de febrero es considerado el día en que las mujeres pueden proponer matrimonio, gracias a la leyenda de Santa Brígida y San Patricio creada en Irlanda. San Patricio le permitió a las mujeres proponerles matrimonio a los hombres en ese día especial.
- En algunos países se cree que los años bisiestos traen mala suerte. En Alemania, un viejo proverbio campesino dice «Schaltjahr gleich Kaltjahr». Dicho en sencillo: un año bisiesto será un año frío.