Con el objetivo de promover la valoración, protección y mejoramiento del capital natural costero de Panamá el proyecto Patrimonio Natural Azul presentó en Panamá, Aguadulce y Chitré, los primeros resultados de la valoración económica de los servicios ecosistémicos que prestan los manglares en la Bahía de Parita y la Bahía de Panamá.
El istmo ha reportado 12 de las 65 especies de mangle identificadas en el mundo, lo que nos convierte en el país con la mayor variedad de especies del continente americano, según el Atlas Mundial de los Manglares. Sin embargo, estos ecosistemas están sujetos a varias presiones económicas, sociales y ambientales que ponen en riesgo la amplia gama de los servicios ecosistémicos que prestan.
En el marco del proyecto Patrimonio Natural Azul, desarrollado por National Audubon Society y su socio local Sociedad Audubon de Panamá, se ha venido trabajando en una evaluación económica de los servicios que prestan los manglares en dos áreas: la Bahía de Parita y la Bahía de Panamá.
El estudio, que contempló una robusta revisión bibliográfica, complementado con un trabajo de modelización y un amplio proceso participativo de los diversos actores claves, incluidos: gobierno, oenegés y sociedad civil; concluyó hallazgos interesantes en dos temáticas:
La evaluación del estado actual y los riesgos futuros de los manglares que nos permite identificar las áreas prioritaria de protección, que en Panamá van desde el rio Lagarto hasta el rio Majagual (Chimán) y en Parita inician en los manglares de Juan Hombrón hasta el rio Pocrí y la zona circundante al Peñón de la Honda. Mientras que las oportunidades prioritarias de restauración en Panamá incluyen toda la extensión de costa de Ciudad de Panamá y, en Parita la zona entre el rio Pocrí hasta 1 km al oeste de la desembocadura del rio La Villa.
La valoración económica de 3 de los 33 servicios ecosistémicos que proveen los manglares identificados en la bibliografía mundial arrojó interesantes resultados:
¿Cuánto valen los manglares de Panamá?
“Parece una pregunta simple, pero tras 12 meses de análisis robusto que consideró el uso de diversas metodologías, actores y variables, hoy podemos presentar algunas aproximaciones desde la perspectiva del secuestro de carbono, la producción de recursos pesqueros y la mitigación de inundaciones y erosión costeras”, nos explica Jimena Eyzaguirre, directora de Adaptación al Cambio Climático, de ESSA Technologies Ltd, empresa consultora que realizó el estudio.
Las estimaciones realizadas según su aporte a la reducción de los costos sociales del carbono preveen que, en los próximos 100 años, 20.1 toneladas de dióxido de carbono equivalente serán secuestradas por los manglares de bahía de Panamá, lo que representa US$ 116M por año. Mientras que en Parita 6.5M toneladas de dióxido de carbono equivalente serán secuestradas, lo que equivale a US$ 39M por año.
El desarrollo del Megapuerto en Aguadulce podría resultar en una pérdida de beneficios de secuestro de carbono de US$ 1,38 a US$ 8,09 millones al año, considerando efectos directos e indirectos, según los datos analizados en el estudio.
Por su parte, la restauración de manglares a partir de la recuperación de zonas camaroneras podría resultar en al menos US$ 3,43 millones anuales (costo social del carbono) de beneficios de secuestro de carbono.
Con respecto a los servicios de protección costera encontramos que los manglares de la Bahía de Panamá y la Bahía de Parita desempeñan un papel fundamental en la estabilización de las costas, ya que sin estos ecosistemas se acelerarían los índices de erosión costera y el retroceso del litoral.
“Los volúmenes simulados de retiro de la línea de costa y de erosión resultaron inferiores en los escenarios que incluían manglares en comparación con los escenarios sin manglares. Para poder cuantificar en términos monetarios esta relación entre la pérdida de manglares, el riesgo de erosión y las inundaciones costeras se amerita mayor investigación”, afirma Eyzaguirre.
Según la metodología usada no se evidencia que las franjas de manglares eviten el riesgo de inundaciones de forma directa, aunque si ayudan a atenuar la energía de las olas.
Con respecto al tercer servicio evaluado, relacionado con la producción pesquera, donde los manglares brindan protección y refugio a organismos juveniles y, hábitat y fuentes de alimentos a una amplia gama de peces e invertebrados de interés comercial; lamentablemente se encontró que existen importantes lagunas de datos en las dos zonas de estudio que ameritan atención.
Basados en un estudio previo que cuantifica el valor de la producción pesquera artesanal por hectárea de manglar en US$ 9,39, concluimos de forma muy preliminar que los beneficios netos de la producción pesquera (es decir, ingresos menos costos) son de al menos $222 mil/año en la Bahía de Panamá, y de $115 mil/año en la Bahía de Parita.
Analizar el valor de los beneficios que ofrecen los ecosistemas es un paso importante para garantizar decisiones informadas y transparentes sobre el desarrollo económico y cambios en el uso de suelo. Los manglares son un recurso invaluable, cuyos beneficios no se pueden reducir a un simple monto económico. ¡Valorar proteger y mejorar el patrimonio natural de Panamá es tarea de todos!
Por Marsha Díaz