Texto: Nervis Araujo
Aunque expertos descartan que el 22 de julio se celebra el Día Nacional de La Pollera, así como descartan que éste sea el traje nacional, es un hecho que La Pollera es un elemento que forma parte de la identidad y el orgullo patrio. Sea la compleja y muy elaborada versión santeña a mano, o la blusa y el pollerón cocida en máquina, este traje femenino es referencia de Panamá en el mundo y un elemento más que nos distingue culturalmente.
La pollera panameña que se ha proyectado más internacionalmente es una especie de poesía hecha en telas, listones y muchos colores que saltan de sus tejidos. Es una gran obra de arte idílica, que requiere de muchos días, talento, amor y paciencia para ser creada. Para cada panameño significa parte de su orgullo nacional; es la mejor manera de hacerse presente en el mundo.
Diamantina Herrera es una de sus confeccionadoras más importantes y reconocida. Emprendedora, avocada a la costura y apasionada por la defensa de las tradiciones nacionales, Herrera asume su jubilación como una nueva oportunidad de hacer realidad su proyecto de vida.
Así nació “Manos panameñas para el Mundo”, el primer programa de capacitación para la confección de las labores de la pollera panameña hecha a mano.
Criada entre agujas, listones, carretes y un cálido seno familiar, Diamantina no había tenido la oportunidad de sacar provecho a sus finas habilidades, más allá de pequeñas piezas para sus hijos y algunos encargos para obtener dinero extra.
Luego de ejercer durante 35 años como secretaria ejecutiva del Ministerio de Educación, esta santeña llega a la ciudad dispuesta a seguir cultivando la esencia de su versión del traje típico panameño.
Impulsada por sus hijos, Diamantina se radica en la concurrida calle 74 de San Francisco, desde donde ha recibido a más de mil talleristas en sus diferentes cursos divididos en ocho módulos con clases 100% prácticas.
“Nunca imaginé que las señoras de la capital fuesen tan dedicadas para confeccionar nuestro traje típico”, dice con emoción Diamantina, quien ha elaborado su programa guiada por los libros de las reconocidas modistas panameñas, Dora Pérez de Zárate y Norma de Testa.
Típica de pies a cabeza
Desde técnicas para la elaboración de adornos para los tembleques hasta la confección de los “peticotes”, Diamantina guía a sus estudiantes a lo largo del proceso que, actualmente, incluye un curso especial para la colocación del traje.