No era tan común ver personas en situación de calle en nuestro corregimiento San Francisco, pero ahora hay muchos, en pleno centro de nuestras comunidades, como lo es el caso de un hombre que desde hace dos años se instaló en la calle 50, con 72, a la altura de Arrocha, en las afueras de un edificio abandonado. Allí ha improvisado su casa, cocina y baño, con cartones, plásticos y telas.
Cuando hicimos el vide y las fotos, tenía un fogón encendido que generaba una gran llama, que obviamente es un peligro y más tomando en cuenta que este señor tiene algún tipo de enfermedad mental.
¿Qué ha agudizado esta problemática en nuestra ciudad? Muchos son los factores: La desaceleración económica, la descomposición familiar o las adicciones. Lo cierto es que es un grave problema social.
Hoy hay más de 500 personas en la calle, sin hogar, ni comida, muchos con enfermedades mentales o adicciones, que los lleva a ser más violentos. Esta situación también aumenta el delito y la amenaza a la vida de los vecinos y a la actividad económica de los negocios cercanos.
Existen tres albergues para la atención de indigentes, que reciben subsidio de la Dirección de Gestión Social del Municipio de Panamá, pero la persona en situación de calle debe querer ir a uno de estos centros, no se les puede obligar. Esto hace más cuesta arriba la solución.
25 indigentes por cada 100 mil habitantes hay en la ciudad de Panamá, según cifras de Estadística y Censo de la Contraloría.
Comentarios de nuestros vecinos:
Tito Luque: «Los residentes necesitamos tranquilidad y seguridad. Nos da mucho temor llegar a nuestras residencias y tener cerca a estas personas deambulando en la calle y en estacionamientos. Varias veces nos ha tocado vivir eso y en ocasiones nos tenemos que quedar dentro del auto hasta que se alejen. Esperamos que lleven a estas personas a un lugar adecuado».
Mary Rojas:«Muy lamentable; están en calle 50, frente a la Casa de los Helados, en calle 72, al lado de Shahani, en la 73. De este grupo hay un indigente causando muchos problemas a los vecinos, ya que cuando está pasado de alcohol y droga, le da por lanzar piedras a las casas, a los perros, a los vehículos en la calle, incluso, él mismo se le atraviesa a los carros».
E.M. De la Guardia: «Puedo decir que a este joven (El de la 73) siempre lo veo tranquilo, leyendo; espero que las autoridades puedan ayudarlo, talvez con un trabajo digno, que le ofrezca oportunidades».
Olga Robleto: «Sí, lo he visto. Mi pregunta es: ¿A todas estas personas en situación de calle, se les ha invitado a llevarlos a albergues?».