Representantes de la plaza comercial Pacific Village dieron su versión sobre la construcción de una acera frente a la farmacia Metro, establecimiento ubicado en dicha plaza, iniciativa liderada por la señora Kenia Cárdenas, en representación, según sus declaraciones, de un grupo de residentes de Punta Pacífica.
En una declaración escrita enviada a nuestra redacción, los afectados expresaron que Cárdenas “se apersonó de manera arbitraria a la plaza comercial Pacific Village, frente al local comercial de la farmacia Metro, con personal obrero y una unidad concretera, con la intención de construir una acera, sin comunicarle previamente sobre dichos trabajos a los comercios involucrados y afectando su normal funcionamiento”.
“El pasado 16 de febrero de 2021, en pleno martes de Carnaval, la licenciada Cárdenas llegó al sitio y dio la instrucción de que se iniciara la construcción de la acera sin presentar ningún tipo de permiso por parte de la Dirección de Obras y Construcciones del Municipio de Panamá, ni del Ministerio de Obras Públicas; ni siquiera contaban con un plano aprobado para la realización de dichos trabajos”, señalan en su comunicado los representantes de la empresa propietaria de plaza comercial Pacific Village.
Como se recordará, Kenia Cárdenas coordinó unos trabajos de construcción de una acera frente a la mencionada plaza en plena rotonda de Punta Pacífica, alegando que la falta de un paso peatonal estaba poniendo en peligro a los transeúntes, especialmente a las personas discapacitadas que transitaban por el área. La acción derivó en un impase entre ella y los propietarios de la farmacia Metro y de la plaza comercial Pacific Village, quienes interpretan el hecho como arbitrario. Vale recordar también que Cárdenas alegó en su declaración a este medio de comunicación, que su decisión de construir la acera se produjo luego de dos años de gestiones ante el Municipio, gestiones que no tuvieron respuesta.
Los afectados mostraron imágenes del día en que se iniciaron los trabajos y argumentan que los discapacitados y peatones no son el objeto real de su intención, que su propósito principal consistía en bloquear con la acera la entrada completa del local perteneciente a la Farmacia Metro, perjudicándolo.
“Por suerte, al lugar llegó un representante de la plaza comercial y el abogado de la farmacia Metro, y con el apoyo de la Policía Nacional, se les obligó a respetar los planos aprobados y evitaron que se cerrara en su totalidad la entrada al local farmacéutico”, aclara el comunicado.
En su declaración, los representantes de Pacific Village hacen énfasis en que para la realización de cualquier obra se debe cumplir con las normativas, detalles y especificaciones técnicas establecidas por la Dirección de Obras y Construcciones del Municipio, como por ejemplo, notificaciones previas a las personas que se van a ver afectada por los trabajos, señalizaciones, señales a distancia que indiquen hombres trabajando, planos, entre otros; “sin embargo la construcción de esta acera careció de todo lo mencionado anteriormente”.
La declaración escrita finaliza con una serie de interrogantes que buscan, de alguna manera, revelar la verdad sobre este hecho:
¿Por qué la señora se ha querido gastar miles de dólares para hacer ese trabajo en mitad de una pandemia?
¿Por qué escogió un martes de carnaval?
¿Por qué ni la asociación de Punta Pacífica, ni el representante de San Francisco, ni ningún administrador de otro edificio del área sabía nada de esos trabajos?
¿Quién sale beneficiado de clausurar todos los estacionamientos de la farmacia Metro? Estacionamientos que cumplen con todos los requisitos del Municipio.
¿Será que hay alguna otra farmacia de competencia cercana interesada en afectar a la farmacia Metro?
¿Será que esta señora trabaja para alguien con mucho poder y dinero que está dispuesto a invertir miles de dólares en mitad de una pandemia, para afectar a su competencia?
La controversia se mantiene mientras las autoridades municipales evalúan la situación para determinar el destino de este paso peatonal en Punta Pacífica.