Texto y fotos: Nervis Araujo Rincón
Lo que más le distingue es su trato afable y cortés, como muestra de que su fama dentro del mundo de la construcción y el diseño, no han borrado su esencia, como lo hacen las personas inteligentes. Su nombre es una marca en Panamá: Jaime Ventura Cervera, quien ha levantado a punta de empeño, creatividad, talento, gerencia y experiencia, una suerte de emporio del diseño arquitectónico, marcando la ciudad con su huella, como sello de progreso y para la posteridad.
La sonrisa que sujetó durante toda la entrevista, seguramente era la respuesta solemne a los buenos recuerdos, a los aciertos, a las batallas, a tantas tardes de inauguraciones; a su propia impronta, que destilaban certeras desde su memoria, tras cada pregunta. Este panameño tiene cuatro grandes pasiones: La pintura, la arquitectura, la cría de caballos peruanos de paso y su familia.
“Hace 41 años que me gradué de arquitecto en la Universidad de Panamá; fue en el año 1978. Soy diseñador, constructor y pintor”, así se define Ventura, quien tiene la sede de su empresa en El Carmen, así que es otro orgullo de Bella Vista.
En ese espacio, el buen gusto, lo moderno, la amplitud, el olor a madera, la contundencia del vidrio y el buen ambiente, hacen derroche. La creación está en nacimiento constante, sobre los mesones de arquitectura, sobre las enormes hojas de planos y en las computadoras, donde inician las historias de un lugar, que tiempo después estará vivo en cualquier calle y en alguna ciudad local o de otro país, pues su fama trascendió al istmo. “Desde Ventura Arquitectos hemos diseñado proyectos en México, Costa Rica, República Dominicana, en ésta última hemos dirigido la construcción de varios casinos. En San Salvador estamos manejando varias propuestas con un grupo inmobiliario”.
Su primera gran obra fue la remoción total del Hotel El Panamá. Cuenta que fue contratado para hacer algunos arreglos, pero con pocos recursos y justo en ese momento, un grupo español, lo adquirió y con un significativo presupuesto, le piden una remodelación total.
Su hijo, Jaime Nicolás, también arquitecto, le acompaña en el negocio desde el año 2006 y desde entonces, no se ocupan de la promoción y venta, están dedicados al diseño y administración; en algunos casos construyen. “Él ha puesto mucho talento en nuestros diseños, en cada proyecto; es muy responsable y honesto, con principios y valores sólidos, que lo hacen ser una gran persona y un buen hijo”, dice con hinchado orgullo.
Una gran obra
Hoy están muy enfocados en el diseño y construcción de Pacific Center, ubicado en Paitilla, San Francisco, que inició en 2010, con 230 mil metros de construcción, asegura que es la obra más grande de toda su trayectoria. Habla de los detalles con robusto orgullo: Contará con Panamá Clinic, consultorios, Marriot Residences, torre de oficinas, un mall, teatro, cines, supermercados, food court. El 80% serán espacios para alquilar. Su fachada, muy contemporánea, con una cubierta de cristal impresionante, levantada con un vidrio único en el país, que logra aislar el calor. Tendrá 90% de eficiencia energética.