En las últimas semanas se han registrado hechos delictivos en Costa del Este. Estos eventos evidencian la necesidad de reforzar la presencia policial, y auspiciar la participación ciudadana para mejorar la comunicación entre vecinos y con la autoridad.
Un vecino no puede ni debe enfrentarse a un maleante, pero tiene toda la capacidad de entrenarse para estar atento a situaciones sospechosas y comunicarse con otros residentes de su costa o edificio, para informar a la policía sobre hechos delictivos que puedan registrarse en su entorno.
Eso es lo que hacen los Vecinos Vigilantes (VV), programa que ya tiene más de 20 años funcionando en Panamá, y que ha demostrado una enorme efectividad en las comunidades en las cuales tiene presencia.
El programa de VV consiste en la creación de una estructura entre residentes de un sector, que les permite unirse y enfrentar cualquier incidente que los afecte. La comunicación y el conocimiento de las señales de alerta son su principal herramienta; de esta forma pueden actuar de forma rápida y eficaz ante un acontecimiento que atente contra la integridad de un individuo o comunidad. Son ciudadanos preocupados por la seguridad de su entorno y colaboran con los programas de vigilancia comunitaria.
El teléfono es el arma principal de un Vecino Vigilante. A través de los chats, los mensajes preventivos o de alarma se multiplican en segundos y la policía, que también está presente en estos grupos, puede recibir el alerta y actuar rápidamente. Cada comunidad maneja sus propios códigos en beneficio de su entorno.