Texto: Carlos Canelones /Fotos: Nervis Araujo Rincón/CC
Hace 33 años se oficializó la reserva de un área que funge como fuente de oxígeno para toda la ciudad y protector natural de los afluentes hídricos que irrigan los depósitos de agua del Canal y el acueducto capitalino.
Justo donde hoy nos adentramos a los bosques protegidos del Parque Natural Metropolitano, en la época pre-colonial y durante la colonia las personas que por allí transitaban solían ver pastizales, siembras y criaderos de ganado. Eran terrenos aledaños al Camino de Cruces, por donde entraban y salían hombres y mercancías hacia las barcazas que recorrían el río Chagres para embarcar o desembarcar en naves apostadas frente a Portobello.
El tiempo y los destinos tejidos por la historia determinaron que la zona cumplía la función de mantener vivos los afluentes que habían de alimentar el sistema operativo de una de las más trascendentales obras del siglo XX, el Canal de Panamá. Fue así como en 1974 se definieron los linderos del reservorio que en principio se llamó Área Recreativa de Curundú y que una ley promulgada el 5 de julio de 1985 bautizó con el nombre de Parque Natural Metropolitano.
Una “especie en extinción”
Son 232 hectáreas ubicadas en al final de la avenida Juan Pablo II, entre las avenidas Ascanio Villalaz y Amistad, en el corregimiento de Ancón. Un dato interesante es que esta condición de parque, además de garantizar la conservación de los afluentes que surten el agua para el funcionamiento del sistema de esclusas del Canal, preserva uno de los pocos reductos del ya casi desaparecido bosque seco tropical del lado del pacífico centroamericano.
Varios organismos públicos y privados han asumido la administración del Parque Natural Metropolitano a través de un patronato. Entre ellos podemos mencionar a la Alcaldía de Panamá, la Autoridad Nacional del Ambiente, el Instituto Smithsonian, Asociaciones Cívicas Unidas, Sociedad Audubon Panamá, entre otros.
Salud y recreación
Se trata de un parque público al cual se accede desde sus oficinas administrativas ubicadas en la av. Juan Pablo II y donde se debe realizar un pago simbólico destinado al mantenimiento de todas las áreas, con apenas un dólar, los nacionales y residentes pueden elegir el sendero de su preferencia y disponerse a entrar en un contacto íntimo y reconfortante con la naturaleza en su máxima expresión. El costo del tique para los extranjeros es de 4 dólares. Existe la opción de contar con un guía para el recorrido.
Lo que disfrutarás
El recorrido del parque se hace por senderos. Con el mapa respectivo puedes elegir el de tu preferencia e iniciar tu recorrido:
Sendero Los Momótides: Tiene 0.9 kilómetros en un terreno predominantemente plano, por lo que el grado de dificultad es bajo y el recorrido se hace en 45 minutos. Allí se puede observar una gran variedad de aves y animales, entre ellas el Momoto Coroniazulado, una hermosa especie de ave que dio nombre al sendero.
Sendero Los Caobos: Alcanza 0.9 kilómetros en un ascenso que lleva al visitante a un punto desde donde puede observar parte de la ciudad de Panamá y su bahía. El grado de dificultad es moderado y se recorre en una hora, aproximadamente. Es el que ofrece mayor posibilidad para la observación de aves.
Sendero El Roble: Se toma detrás de la sede administrativa y puede representar un recorrido de baja dificultad que toma media hora en 0.7 kilómetros. Allí encontrarás un árbol emblemático que es el que ha dado el nombre al sendero.
Sendero Mono Tití: Este se inicia detrás del edificio conocido como El Castillo, vestigio arquitectónico de la segunda guerra mundial. Su extensión es de 1.1 kilómetros y puede ser recorrido en 1 hora, con un grado de dificultad moderada. Este camino te lleva al Mirador “Cerro Cedro”, ubicado a 150 metros sobre el nivel del mar, y desde donde puedes observar una panorámica de la ciudad, el Canal y los parques Camino de Cruces y Soberanía.
Sendero La Cienaguita: Este fue el primer sendero del parque y hoy se cruza con el camino del Mono Tití. Tiene una extensión de 1.1 kilómetro, es de dificultad moderada y se recorre en aproximadamente 1 hora.
El Parque Natural Metropolitano celebra este mes de julio sus 32 años como tal, siendo refugio de ciento de personas que lo visitan diariamente, un espacio recreativo de altísimo valor y epicentro de oxigenación de la ciudad de Panamá.