Texto y fotos: Andreína Rodríguez González
Aunque en proporciones muy diferentes, las opiniones sobre los derechos de la familia y las posturas que abogan por el matrimonio igualitario y la denominada “ideología de género” en Panamá se encuentran divididas, y sus defensores y detractores activados en la calle defendiendo sus posturas.
Se trata de una tendencia universal que ha ocupado agenda en diferentes organismos internacionales que atienden los aspectos sociales de las naciones que las integran y protegen, a su manera e intereses, el respeto a los derechos humanos. Sus objeciones y directrices han encontrado en Panamá una barrera que día a día enciende la diatriba en medios de comunicación y en los espacios públicos.
Una de las manifestaciones más contundentes ha sido la de quienes se oponen a la inclusión del tema sobre ideología de género en las escuelas y abogan por que se proteja la relación marital originaria. Ellos, vestidos de blanco, realizaron una actividad que se denominó “Gran marcha en defensa de la familia”, que partió desde la Iglesia del Carmen en vía España hasta la Plaza 5 de Mayo en el centro de la ciudad de Panamá y a la que asistieron unas diez mil personas.
Las exigencias
Miembros de la “Alianza Panameña por la Vida y la Familia” y representantes de la sociedad civil manifestaron así su desaprobación al matrimonio igualitario. Esta agrupación, que congrega a unas 10 organizaciones civiles y religiosas, tuvo como objetivo exigir al gobierno nacional impida la inclusión de la “ideología de género” en las escuelas y rechace una supuesta “injerencia extrajera”.
La primera, haciendo referencia a la propuesta de incluir estos conceptos en los textos escolares. Y la segunda, en respuesta a las recientes resoluciones, tanto de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) como de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en las que emplazan a los gobiernos de la región a reconocer las uniones de parejas del mismo sexo, resaltando el hecho como un “derecho universal”.
Manifestantes opinan
Entre los asistentes, resaltó la presencia de feligreses católicos, cristianos y evangélicos, quienes coincidieron en opinar que “no marchan en contra de nadie sino a favor de la familia en su diseño original”.
Para Carlos Ho, participante en la manifestación, el matrimonio igualitario forma parte de una serie de “creencias que vienen de afuera”, teniendo como principal problema la “afectación a una normal formación social de los niños” y la consecuente “desintegración del núcleo esencial de la familia”.
Según Elsa Flores, también manifestante, “todo niño y toda niña merecen ser criados por un padre y una madre que le sirvan de ejemplo de hogar cuando les toque su etapa de adultez”.
Denuncian injerencia extranjera
Juan Francisco de la Guardia, presidente de la organización Alianza Panameña por la Vida y la Familia, advirtió que estos entes internacionales tendrían pretensiones de influir en la decisión de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), a través de “interpretaciones amañadas” de la Constitución Política de la República, para legalizar las uniones entre homosexuales.