Durante muchísimos años, Ancón fue considerada una de las zonas más atractivas para vivir, lo cual acercó a múltiples empresas constructoras que, valiéndose de las bondades del lugar, desarrollaron hermosos complejos en los que se integran la naturaleza con el urbanismo.
Como en el resto del país, el acelerado desarrollo inmobiliario también es evidente en este corregimiento, en el que se mezcla la vida apacible de los vecinos que habitan en zonas tranquilas, con el rápido andar de los trabajadores públicos que día a día ingresan a las oficinas gubernamentales establecidas en el lugar; los cientos de empleados del sector comercial, o los altos ejecutivos de los numerosos organismos internacionales instalados en esta inmensa comunidad. Es una ciudad dentro de otra, y como es de esperarse, sufre las consecuencias del progreso; una de las más temidas: la creciente inseguridad.
Exigen más presencia policial
El problema de la inseguridad mantiene muy preocupados a los residentes de zonas como Clayton, Albrook, Amador, Balboa y otras barriadas, en las que durante los últimos meses, se han registrado hechos delictivos que atentan no solo contra los bienes, sino también la vida de los vecinos.
En la Policía Nacional reposan denuncias documentadas con videos, que dan cuenta sobre la presencia de una banda de jovencitos, quienes ingresan a las casas, incluso con personas adentro, para someterlas mientras cometen sus fechorías. Los maleantes han sido detenidos, pero liberados inmediatamente por su condición de menores.
Según indican los afectados, han tenido que contratar seguridad privada y reforzar las medidas de protección en sus casas ante el problema. ”Algunos vecinos han circulado fotos de las personas que la policía ha capturado. Son reincidentes. Nuestras calles están un poco oscuras, lo cual hace necesario que haya más rondas policiales; pero en lo personal, puedo indicar que cuando hemos necesitado que la policía venga ante cualquier eventualidad, lo han hecho de forma expedita”, indica Ivón de Hernández, vecina de Balboa, quien agrega que los parques de la comunidad ya no pueden ser usados por los jóvenes residentes, pues permanecen tomados por muchachos desconocidos que van desde otros sectores, no se sabe si para pasar el rato o más bien para estudiar el movimiento del vecindario y luego cometer fechorías.