Él es uno de esos bellavistinos que siempre merece un sitial en las páginas de este rotativo. Las razones son numerosas, como el hecho de que una y otra vez retornó a su natal corregimiento tras vivir en otros países y el amor que le profesa a su patria, enarbolado en sus investigaciones y batallas a favor de ver florecer el turismo nacional.
Desde que nació, en 1952, Jaime Figueroa Navarro vive y trabaja en el mismo lugar: en el edificio Figueroa, plantado para la eternidad por su abuelo en la calle 42 del barrio Bella Vista.
En su andanza aun pueril parte a Boston para estudiar su bachillerato y luego los aromas franceses lo acogieron por un largo tiempo; allí aprendió el idioma y seguramente su garbo de hombre de mundo. Con muchas ganas de seguir creciendo, retorna a Estados Unidos para apuntarse en la Academia Militar Valley Forge de Pennsylvania y por último, entra a la Universidad de Nebraska para conquistar el título de administrador de empresas.
De esas idas y retornos conserva muchos buenos recuerdos y un viejo pasaporte con un festín de sellos. “Éste me otorgó el título ´Doctor en turismo en la universidad de la vida´”.
¿Qué le mantiene ocupado en estos días?
– Los temas de turismo, la publicación de artículos en diversos periódicos, las conferencias y la atención a grupos de visitantes “que nos honran con su selección como destino muy a pesar que poco hacemos para mejorar el rubro”, lo mantienen muy ocupado. Hoy también está trabajando en la redacción de su libro ¡Fantastic Panama!, publicación de 242 páginas en 12 capítulos en inglés y castellano, que imprime el sello de nuestra historia y cultura.
Desde su mirada como residente del corregimiento y como líder social, ¿Cómo ve a Bella Vista?
– Bella Vista es una leyenda del pasado, presente y futuro. El Dr. Porras le imprimió el sello de aristocracia con aquellas avenidas anchas, dibujadas con el verdor de caobos y guayacanes. Así como el casco, sufrió un abandono y el cuatrerismo arquitectónico que le arrebató suntuosas mansiones, convirtiéndoles en rascacielos donde se roban las tapas de alcantarillas y encuentras deambulando cualquier tipo de orates, vestidos y desnudos, fraguando el próximo hurto. De allí a una limpieza generacional que nos permita una combinación de Art Deco con vistas de pájaros desde arriba del piso 50, cercano al cielo, fraguando nuestra personalidad sin basura, con aceras transitables y la eliminación de las horribles telarañas eléctricas, es el sueño de todos los habitantes del barrio.
Bella Vista fue y sigue siendo un lugar céntrico. Se ha integrado a un cambio que en su momento fue positivo pero nos hemos convertido en una cárcel de concreto, con torres gigantescas que no tienen personalidad, sin embargo, este barrio aún conserva espacio suficiente como para no sentirnos encerrados como ratas.
¿Qué necesita el corregimiento?
El tema de la basura en las calles, la actitud poco amable y la mala señalización; el tráfico, así como más iluminación de las avenidas; las aceras afectadas por las raíces de los árboles, y la maraña de cables que afean la visual del barrio. Tenemos que reconfigurar el cerebro del homo sapiens panamensis con programas de educación ciudadana por la belleza y la sanidad.
Necesitamos políticos visionarios y responsables que hagan su trabajo y conviertan a Panamá y Bella Vista en el número uno del mundo en turismo.
¿Qué opina sobre Bella Vista News?
– Es una genial solución que escudriña la intimidad del área, dejándonos palpar diversos lunares que caracterizan la personalidad de una ciudad, tal como sus homólogos San Francisco y Costa del Este News. Me parece una tremenda iniciativa. Siempre encontrarán en mi persona un apasionado colaborador.