Panamá es una país privilegiado por las innumerables características que lo definen, y una de ellas son sus humedales, los cuales constituyen uno de los pocos lugares en América dotado de alimento y áreas de refugio, que todos los años son utilizados por más de un millón de aves playeras migratorias y otro extenso grupo de aves residentes que representan un interés especial para la conservación del ambiente.
Junto con toda la Bahía de Panamá (entre Juan Díaz hasta Chimán), las playas de Costa del Este ocupan un lugar en la denominada Lista Ramsar, la cual aglutina a todos los humedales que por su composición revisten importancia para la conservación de la diversidad biológica mundial y para el sustento de la vida humana: proveen alimentos, agua dulce, se les considera barrera natural contra las crecidas e inundaciones, recarga de aguas subterráneas y mitigación del cambio climático, entre muchos otros aspectos.
En su más reciente visita a al país, expertos en el estudio e investigación en aves playeras de todo el continente, recorrieron los humedales de Panamá Viejo y Costa del Este. Pudieron monitorear miles de especies que utilizan el lugar como su refugio de subsistencia y hogar. También participaron de un taller de anillamiento.