Este destacado empresario panameño, presidente del Grupo Riba Smith, todos los días recibe a través de sus decenas de vitrales, luces que alimentan la atmósfera de su entorno.
Pocos imaginan llegar a una casa de campo y encontrarse con una especie de galería en la que la mayoría de las obras son autoría de quienes viven allí. Iniciamos el recorrido por el taller del empresario Javier Riba, quien antes sólo venía a la cálida Finca Argelis en Chame al finalizar sus labores de la semana en Ciudad de Panamá; pero desde ya varios años decidió asentarse definitivamente en este lugar que se ha convertido en su “caja creativa”.
Este paradisíaco espacio está rodeado de pura naturaleza, pues entre otras cosas, se encuentra el vivero Riba Smith que dota de plantas a los supermercados. El amable hombre de negocios fabrica junto a su esposa hermosas piezas bajo diversas técnicas que giran en torno al vidrio y otras modalidades. Mosaicos, adornos, superposiciones, floreros, cuadros, bandejas y majestuosos vitrales forman parte de la arquitectura y decoración del lugar. Pero, además este ingeniero mecánico de profesión, también es ebanista, escritor, músico y disfruta de otra de sus pasiones: beber una copa de un muy buen vino.

Prisma encantador
Desde sus primeras manifestaciones en la Edad Media, el arte de trabajar con vidrio ha sido una de las expresiones más sofisticadas de la humanidad, convirtiéndose en mucho más que simples decoraciones. Se trata de un arduo trabajo que fusiona el uso del color, cristales, calor y luz. Todo, bajo la lupa de una minuciosa habilidad artesanal deslumbrante que los esposos Riba, Javier y Argelis, compaginan muy bien. “Mi esposa fue quien me inició en este mundo. A ella le encantan las manualidades y un día quiso incursionar en el área de los vitrales. Yo solo era su ayudante, pero poco a poco nos convertimos en “compañeros de trabajo” y entre ambos hicimos casi todo lo que hay acá”.
Dicen los expertos que el color es uno de los componentes más impactantes de los vitrales, pues cuando la luz atraviesa el vidrio, no solo cambia la atmósfera de una habitación, sino que también comunica emociones y simbolismos a través de las diversas tonalidades. Sin duda es un mundo fascinante el poder vivir rodeados de este ambiente que se respira en cada rincón de Finca Argelis. “Tenemos obras hechas en base a vidrio en todas partes; un lugar muy especial en nuestro hogar es una pequeña capilla, cuyos vitrales de puertas y ventanas, así como algunas piezas, fueron creados en mi taller”.

El taller de este artista nato más bien parece una galería de arte. Todos los materiales están perfectamente ordenados y no hay indicios de trabajo alguno, pues todo está en su justo lugar; la mayoría de las piezas, realizadas bajo diversas técnicas que involucran vidrio; y algunos otros materiales usados bajo diferentes formatos, materiales y texturas.