El Día Mundial del Agua este año está enfocado en un tema trascendental para el planeta, se trata de la necesidad de promover acciones que permitan conservar y proteger los glaciares.
La Organización de las Naciones Unidas señala que los glaciares se derriten más rápido que nunca a medida que aumenta la temperatura del planeta; como consecuencia de ello, nuestro patrimonio helado se reduce, y el ciclo del agua se vuelve más impredecible.
Según la declaración de la ONU este año, miles de millones de personas sufren los efectos de los cambios en los flujos de agua de deshielo: crecidas, sequías, deslizamientos de tierra y subida del nivel del mar. En este contexto, y en el marco de los esfuerzos conjuntos para mitigar el cambio climático y adaptarnos a él, la conservación de los glaciares es una prioridad absoluta.
"Es vital reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para ralentizar el retroceso de los glaciares, y debemos gestionar el agua de deshielo de forma más sostenible", destaca la declaración de la ONU. "Salvar nuestros glaciares es una estrategia de supervivencia para el planeta y sus habitantes", agrega.
Los glaciares son esenciales para la vida: su agua de deshielo es vital para disponer de agua potable y para usos agrícolas, industriales y de producción de energía limpia, además de ser esencial para la salud de los ecosistemas.
El rápido derretimiento de los glaciares provoca que los flujos de agua se vuelvan inciertos, lo que acarrea profundas repercusiones para el planeta y sus habitantes.
Es esencial reducir las emisiones de carbono a escala mundial y adoptar estrategias locales para adaptarse al retroceso de los glaciares.
En este Día Mundial del Agua, la ONU llama a trabajar juntos para que la conservación de los glaciares se convierta en uno de los ejes de nuestros planes para hacer frente al cambio climático y a la crisis mundial del agua.