Desde esta noche la comunidad judía celebra la fiesta de Pesaj

Texto: Rabino Gustavo Kraselnik (Congregación Kol Shearith Israel)

Este año la Fiesta de Pesaj, la Pascua judía, comienza la noche de este viernes 15 de abril y termina la noche del sábado 23 de abril, días en los cuales, como marca la tradición, está prohibido comer todo lo que tenga leudantes. La Matzá, el pan ácimo (una especie de galleta plana) que se come durante la festividad, recuerda la premura de la partida de los israelitas de Egipto, sin tiempo para dejar leudar la masa.

Pesaj conmemora la liberación de la esclavitud, la intervención divina para poner fin al cautiverio de los judíos tal como relata el libro de Éxodo. Parte del objetivo de la fiesta es revivir la experiencia redentora.

El ritual central de Pesaj es el Seder, la cena ceremonial que se realiza en el hogar las primeras dos noches de la fiesta, con el fin de cumplir el mandato bíblico: “Y le contarás a tu hijo en aquel día diciendo esto es lo que el señor hizo conmigo cuando me saco de Egipto” (Ex. 13:8).

Toda la familia se reúne alrededor de la mesa en un encuentro intergeneracional en donde se transmite la tradición de padres a hijos (por cierto, “transmisión” y “tradición” son palabras conceptual y etimológicamente relacionadas).

Comenzamos el Seder proclamando nuestra esclavitud, y la ingesta de determinados alimentos nos recuerda el sufrimiento y la opresión de nuestros antepasados, una vivencia que aspiramos a sentir como propia para experimentar luego la salvación divina.

Solo si logramos sentirnos esclavos tendremos la sensibilidad de percibir la mano redentora de Dios. Nuestros maestros nos enseñan que en cada generación cada judío debe verse como si el mismo hubiese sido liberado de Egipto.

Sin embargo, la celebración de Pesaj no se focaliza solo en el pasado. La redención de Egipto es testimonio de nuestra convicción que habrá una redención futura. Así como la intervención divina puso fin a la opresión de nuestros antepasados, confiamos en ser protagonistas de una liberación futura que ponga fin a toda forma de sometimiento, humillación y maltrato. De eso se trata la época mesiánica, un tiempo en donde los hombres puedan vivir en armonía, solidaridad y paz, sin guerras ni hambre.

La figura emblemática del profeta Elías, aquel que anunciará la llegada de la época mesiánica, ocupa un lugar destacado en el Seder. Después de comer, abrimos la puerta de nuestro hogar esperando ansiosos su llegada. Una copa llena de vino espera por él, y la ilusión de los niños, haciendo un esfuerzo por vencer el sueño, radica la fascinación por saber si vendrá o no esta noche.

Desde esta perspectiva, Pesaj se presenta como una celebración en donde el pasado y el futuro convergen en nuestra mesa del Seder. La historia brinda el marco referencial y la experiencia de una redención concreta. La utopía mesiánica nos ilusiona con un mañana redentor que puede y debe ser sustancialmente mejor para todos. Entre ambos, se encuentra este presente que nos invita a asumir el pasado y nos inspira para ser capaces de transformar el futuro.

El equipo de Alpha Grupo Editorial felicita a los hermanos judíos por esta hermosa fiesta que es amor, ilusión y unión.