El teléfono celular es quizás una de las fuentes de mayor contaminación, que recoge todo tipo de suciedad, gérmenes, bacterias y por supuesto virus. Ahora ha quedado más en evidencia el riesgo que significa para la salud, y es por eso necesario tomar algunas medidas para prevenir el contagio de enfermedades como el COVID-19, pero sin atentar contra la vida del aparato.
Según el CDC (Centro de Control de Enfermedades de EEUU), existe una diferencia entre limpiar y desinfectar, procesos que se deben hacer en ese orden. Al limpiar, eliminas el sucio y al desinfectar, eliminas a los patógenos que hacen daño.
Las recomendaciones de Apple (que aplican para cualquier marca de teléfono) consisten en, primero apagarlo y retirar todos los cables; luego, utilizar un pañito o una toallita desinfectante con alcohol y limpiar suavemente las superficies exteriores. La compañía advierte que no se debe usar lejía ni cloro, y hay que evitar que el líquido ingrese a través de las aberturas. También invitan a no sumergir el teléfono en ningún agente de limpieza.
Igualmente es aconsejable que si vas a salir, forres el teléfono con papel plástico o envoplast, de manera que quede bien ajustado y te permita mantener las funciones táctiles. Así, al regresar a casa, solo deber retirar y desecharlo, y apenas limpiar las pequeñas partes que pudieron quedar expuestas.