Actriz, animadora, traductora y presentadora, Doña Maritza Diez de Morales, se viene a la mente del panameño por sus traducciones de Miss Universo, Los Oscars y, por supuesto, por “El Circo Mágico de Félix”, que hasta los 90´s fue el programa que hizo soñar a todos niños.
Nació en Ciudad de Panamá el 21 de agosto de 1937 y realizó estudios superiores en “Business” en la Universidad de California, bajo un Liberal Arts College que le abrió las puertas a una gran variedad de temas.
“Y así comienza la diversión…”
Su incursión en la pantalla chica se da junto a RPC. Para entonces ya formaba parte de la familia Félix B. Maduro como directora de Publicidad y Promociones. “Me encargué de organizar los desfiles de moda y del diseño de todas las vitrinas de los almacenes de la compañía y luego de conducir “Instantáneas sociales”, emprendí la aventura de trabajar los niños en el programa de TV “El Mágico Mundo de Félix” y años después fue el “Circo Mágico de Félix”. Fue la conductora durante 20 años, desde los ´70.
Aprovechando capturar la atención de los chicos, Doña Maritza no dejó pasar la oportunidad de imprimir cultura al espacio. “Es que los juguetes despiertan tanto el imaginario de los niños que eso no se podía desaprovechar, entonces incorporé la lectura de cuentos que pasó a ser de los momentos más gratificantes de mi proyecto y de mis ya crecidos seguidores”.
Deja Panamá pero no a los panameños.
Tras la solicitud de traslado de la empresa donde trabajaba su esposo, Eusebio Antonio Morales, la familia se muda del país en 1985 pero ella persiste en su proyecto. “Estuvimos dos años en Miami y 6 en Nicaragua pero cada 10 días volvía a Panamá y se transmitía una edición en vivo por RPC y la siguiente se grababa; así fue todos los años de octubre a diciembre hasta 1991, cuando se canceló el programa”.
Recuerdos a la mano
Apenas unas fotos del montaje escenográfico guarda en su casa, pero lo que más ansía es tener con los video tapes para compartirlo con las nuevas generaciones. “Tengo 14 nietos y dos bisnietos que no han visto lo que su abuela hizo para tantos niños. Los casetes están guardados en los depósitos de Maduro y no los he podido recuperar todavía”. Y es que tan gratos episodios sólo viven en la memoria colectiva de jóvenes y adulto. Ni en la web se lograron encontrar alguna de las piezas de su show.
“Un caso memorable fue con una niña que me acompañó a presentar una muñeca, en vivo dijo: ‘esta me la compraron en Nueva York y no costaba tanto como acá’ y entre ocultar la risa y el alboroto de la producción, le tuve que explicar lo que son impuestos y costos de viaje en avión”, recordó entre risas.
¿Volver a los escenarios?
“Actualmente no estoy tan activa, más dedicada a la atención de mi esposo, quien ha padece una discapacidad parcial para movilizarse”. Y es que a leguas se percibe la dedicación a su hogar. Un valor muy atesorado que resplandece en cada rincón de su casa.
Las debutantes
Es también representante de las Damas Guadalupanas del Club Unión. “Yo debuté en el 55 y me casé en el 56. y me propuse como maestra de baile ya que las madres solían decir que ninguno de sus muchachos sabía moverse, entonces les enseñé a todos bailar merengue”. Fue así como también tomó otro boleto del afanoso tren de las oportunidades y se convirtió en la presentadora fija de “Las Debutantes” hasta la actualidad. “Tengo nietas que participarán en un par de años, y aún otras más pequeñas que crecen con la ilusión de compartir ese bello momento conmigo. Mientras Dios me de salud, estaré allí para presentarlas”, augura con alegría y templanza, Doña Maritza, cerca de alcanzar sus 80 años de vida.
Una entrañable vida repleta de creatividad, ilusión y esperanza, que mantiene un legado vivo. La importancia de alimentar a diario esas fantasías que desde niños les hacía sentir que todo era posible. Retomar los sueños es la mejor manera de avivar la ilusión de poder aportar siempre algo más a todos los demás.