John Doe es el nombre de fantasía que utiliza la persona detrás de la mayor filtración de datos de la historia. El caudal de información y la cantidad de documentos expuestos en los denominados Panamá Papers, superan con creces a otras filtraciones de los últimos tiempos como WikiLeaks o la información clasificada expuesta por el ex espía Edward Snowden.
La fuente anónima se comunicó en primer lugar con el diario alemán Süddeutsche Zeitung y el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) para ofrecer la información.
«Los medios fallaron. Muchas cadenas de noticias son parodias dibujadas de lo que fueron, millonarios individuales aparecen como dueños de diarios por hobbie, limitan la cobertura de temas en lo relacionado a la riqueza, y los periodistas serios no tienen financiación. El impacto es real», afirma John Doe en su declaración anónima vía correo electrónico.
El nickname «John Doe» es un equivalente en inglés a decir «Juan Nadie«, un nombre genérico que enmarca el trabajo anónimo por el bien común, propio de la ideología de muchos hackers.
En su declaración, Doe dice que «la revolución será digital» y denuncia que las cortes de justicia, medios de comunicación y profesionales legales deberán tomar la responsabilidad y no seguir «liberando a los ricos mientras se centran en frenar a los ciudadanos de ingresos medios y bajos».
Panamá Papers surgió, según los periodistas que recibieron los documentos, como un acto de justicia «ante uno de los problemas más graves de la actualidad, la inequidad en los ingresos».
El ICIJ se encarga de publicar la información a medida que se procesa la cantidad de documentos pertenecientes a la firma Mossack Fonseca, quienes se encargaron de crear las empresas off shore de miles de personalidades políticas, deportistas y empresarios.
John Doe sostiene que la información es una herramienta tanto o más efectiva que las utilizadas por los historiadores para realizar balances de los hechos o el poder militar para el control, sin embargo es se trata de un «acto invisible».
«Vivimos en un tiempo de barato e ilimitado de almacenamiento digital con rápidas conexiones de internet que trascienden las barreras nacionales». Por eso, Doe afirma que «la próxima revolución será digital. O tal vez, ya comenzó».
El escándalo expuso, según el ICIJ, las injusticias y cobardías de un sistema político «enfermo» y con un grave «decaimiento moral».
Doe explica en su declaración: «Yo no trabajo para ningún gobierno o agencia de inteligencia, directa o indirectamente, y nunca lo hice. Mi punto de vista es enteramente mío y es mi decisión la de compartir estos documentos».
«Entiendo lo suficiente del contenido para saber la escala de injusticias que se describen», sostiene el informante.
Los documentos contienen la información de más de 200.000 compañías y fundaciones creadas en más de 21 paraísos fiscales, desde Hong Kong a Nevada en Estados Unidos.
Por su parte, el ICIJ solicita a través de su página oficial, la donación de todo aquel que desee ayudar a este consorcio de periodistas a continuar con su trabajo que es independiente, no posee financiación y busca arrojar la verdad sobre grandes evasiones impositivas que comprometen a líderes de estado con actividades ilegales como el lavado de dinero.