Aquí la Navidad se asocia más a la mesa que a las luces que adornan las casas. Aunque esto está cambiando progresivamente, las decoraciones aquí suelen enfocarse en el tradicional árbol de Navidad, natural o sintético, y en el nacimiento, que es mucho más común en el interior del país. Sobre este aspecto, la ciudad capital muestra una alta influencia norteamericana en su decoración, principalmente en las casas de la clase media-alta, donde destacan las figuras de Santa Claus y los muñecos de nieve.
La música no varía mucho en esta época, aunque los ritmos como la salsa y el merengue, así como el típico más estilizado (tipo Samy y Sandra) estrenan letras relacionadas a la Navidad y al Año Nuevo.
Comer las doce uvas a las 12 del 31 es también tradición, así como quemar con fuegos artificiales un muñeco alusivo a algún personaje público del momento. También se realizan las famosas posadas, donde los niños recorren la barriada cantando villancicos y recibiendo golosinas.
La alegría y los buenos deseos son el lugar común en estas fiestas, así como los regalos y los estrenos. En el interior se conservan mucho más las tradiciones ancestrales y la Navidad huele a pintura fresca, a fogón, a pernil y al bijao del tamal recién hervido. En la capital hoy día disfrutamos mucho la lluvia de fuegos artificiales que estallan el 24 y el 31 en diferentes puntos de la ciudad.
Veamos cuáles son las tradiciones de algunos vecinos:
Catherine Díaz: “Durante estas fiestas no puede faltar la corona de adviento, las cuatro velas de colores que se encienden poco a poco los domingos. En año nuevo utilizamos ropa interior amarilla, sacamos las maletas; también hay gente que se trepa a una silla y los chicos acostumbran a cantar villancicos. En la mesa no falta el ron ponche, el pavo, el jamón, las nueces, comer 12 uvas y contar las semillas”.
Ricardo Salcedo: “Para celebrar la Navidad hacemos el nacimiento y colocamos el arbolito. El nacimiento del niño Dios lo celebramos con una cena en casa con la familia”.
Ángela de la Rosa: “En Año Nuevo comemos las 12 uvas, sacamos la maleta y colocamos lentejas detrás de la puerta para atraer la prosperidad en el año entrante”.
Lucy Digirolamo: “En Año Nuevo sacamos la maleta y pedimos un deseo por cada uva, en total comemos 12. Comemos en familia diversos platillos pues tenemos una mezcla de costumbres en la familia, con respecto a los regalos, los niños reciben a Santa y al Niño Jesús”.
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