Bajo el lema «Panamá Viejo, no es viejo. Siempre será parte del Panamá de hoy», este lunes 15 de agosto, se celebran los 503 años de fundación de la ciudad de Panamá.
Este día es libre, de acuerdo a lo dispuesto en el Decreto Ejecutivo 643 del 22 de diciembre de 2015, que establece como feriado los días del Santo Patrono y de Fundación de varias poblaciones y distritos de país.
Permanecerán cerradas las oficinas públicas nacionales y municipales, las instituciones bancarias harán lo que disponga la Resolución S.B.P. N° 124-006 del 4 de diciembre de 2006, mientras que las oficinas públicas que por la naturaleza del servicio que prestan deban seguir funcionando como el IDAAN, las instituciones de salud tanto del Minsa como de la CSS, los Bomberos, SINAPROC, la ATTT, el Metro de Panamá, el Servicio de Migración y la Fuerza Pública del distrito capital.
Un poco de historia…
Encomendado como venía por el nuevo Rey de España, Pedro Arias Dávila llegó con el poder suficiente para hacer cambios significativos en esta parte del continente americano.
Uno de los más trascendentales y de mayor impacto histórico fue la reubicación de la antigua y decadente ciudad llamada Santa María La Antigua del Darién, capital de Castilla de Oro, al lugar que hoy conocemos como las ruinas de Panamá Viejo.
Confirmada la existencia del océano Pacífico y trazado el camino de acceso gracias a las exploraciones de Vasco Núñez de Balboa, era estratégico para el proyecto colonialista, el plan de fundar una ciudad en la costa de lo que fue llamado el Mar del Sur. Así fue fundada, el 15 de agosto de 1519, la ciudad bautizada con el nombre de Nuestra Señora de la Asunción de Panamá.
Fue el primer poblado español en el litoral del océano Pacífico americano. Estaba coronada por su torre de la catedral y rodeada de conventos e iglesias, así los españoles repartían su religión católica en toda América, con la necesidad de modificar costumbres y creencias, para asentar sus objetivos colonizadores.
Patrimonio histórico
Recorrer hoy sus ruinas, 503 años después, es revivir a través de la imaginación lo que fue la vida tranquila de este lugar, acariciado por el océano Pacífico y rodeado de manglares.
La mayoría de sus habitantes se dedicaban al comercio. También, por esta pequeña ciudad cruzaban riquezas y mercancías provenientes de Suramérica hacia España y viceversa, por ello fue de gran interés para la Corona. Panamá llegó a tener más de 10 mil habitantes y representó el centro de poder de la colonia española y de la iglesia católica en el nuevo continente.
Un 28 de enero de 1671 fue atacada por el pirata inglés Henry Morgan, entonces, en defensa de la población y sus bienes, el capitán general de tierra firme, Juan Pérez de Guzmán, ordenó evacuar la ciudad y explotar los depósitos de pólvora, provocando un gigante incendio que destruyó totalmente la ciudad, con la idea de evitar que este corsario ampliara sus fuerzas delictivas, al crear aquí un punto estratégico.
Este conjunto histórico, donde aún se pueden ver las ruinas de varios de sus edificios, abarca 28,5 hectáreas, conformado por la Torre de la Catedral, que es el punto más importante; el Puente del Rey, las ruinas de sus conventos, un hospital, casas y calles empedradas.
Llegó a tener más de 600 casas, una catedral, varios conventos, una casa de cabildo, las casas reales y otros edificios. El 15 de septiembre de 1521 recibió, mediante Real Cédula el título de Ciudad y un Escudo de Armas, conferido por Carlos V de España.
Panamá La Vieja, como se le conoce, fue declarada Patrimonio Histórico de la Humanidad por la Unesco en 2003.