Toda crisis representa siempre una oportunidad o, en el mejor de los casos, una amplia gama de éstas. Entre los escombros se elevan sólidas columnas, se trazan nuevos caminos, que siendo bien aprovechados nos permitirán fortalecernos.
Tal ha sido la experiencia de los profesionales dedicados a la administración de propiedades horizontales en Panamá, cuyas funciones y gestiones en medio de la pandemia por Covid-19, les ha permitido salir del “oscurantismo” para asumir un rol preponderante y protagónico, liderando las acciones en cada uno de los edificios residenciales y/o comerciales donde les ha correspondido.
Jenniffer Campbell, secretaria de la Asociación de Profesionales Administradores de PH, ADEPA PH, lo expresa con claridad y marcado entusiasmo, pues siente que todo ha cambiado para siempre, no solo para quienes ejercen esta función, si no para el sistema de relaciones de los administradores con la comunidad de propietarios e inquilinos de las propiedades horizontales.
La Asociación de Profesionales Administradores de PH, ADEPA PH, es una organización que agrupa a los profesionales administradores de propiedad horizontal en Panamá, cuya gestión se enfoca en la jerarquización de la profesión, los aspectos legales que la rigen y la formación y mejoramiento de quienes están suscritos a ella.
“Debo destacar que esta situación de pandemia permitió que la figura de los administradores de PH´s cambiara totalmente, pues tuvimos que emplear toda nuestra creatividad, reaprender en funciones y sobre la marcha, formarnos en temas de bioseguridad y en nuevas tecnologías para mantener el contacto con todos los miembros de cada comunidad representada en los edificios”, dice Campbell.
Acertadamente, Jenniffer Campbell afirma que la figura de los administradores de los PH´s se potenció, pasando de ser funcionarios de oficina que cobran, compran y reparan, a personas que, ejerciendo un liderazgo, asumieron el control de la pandemia en cada edificio, establecieron enlaces con los entes gubernamentales involucrados con la pandemia, y se ocuparon de manejar todas las medidas sanitarias y normativas legales para proteger la vida de los residentes. Una labor, podemos decir, ardua y difícil, principalmente porque nadie estaba preparado para ello.
Alianzas con el entorno
Destaca Cambell que los administradores tuvieron que acercarse a organismos como el Minsa para ser tomados en cuenta con la prioridad debida en el circuito de información oportuna, reuniones y hasta definición de estrategias de acción para llegar a todas las personas. “Los entes de Gobierno entendieron que a través de los administradores podían manejar esta especie de pequeños gobiernos representados en los PH´s y, a través de los administradores, asegurarse de que todas las medidas de bioprotección y confinamiento se cumplieran”.
Cuando todo comenzó en marzo de 2020, había mucha incertidumbre, no estaban claros los procedimientos y había que aprender y actuar rápido. Campbell describe que cuando aparecieron los primeros casos de Covid-19 en edificios hubo que establecer lineamientos para crear los cercos, manejar la atención de éstos sin exponer a las familias afectadas y proteger al resto de los residentes; definir nuevos criterios para el manejo de los desechos y la limpieza de áreas comunes.
La representante de ADEPA señala que en el primer precepto legal luego del Estado de Emergencia, se estableció un hecho sin precedentes para el gremio, pues se logró que se incluyera a los administradores de PH´s como parte del engranaje para el manejo de todas las disposiciones.
“Se modificaron los manuales de procedimiento y se apeló a los medios tecnológicos y herramientas para mantener la comunicación, conscientes que, en esta situación, mantener a las personas bien informadas puede ser factor para que se mantengan sanos”, dice Campbell.
Nuevas fortalezas
Si hay que definirlo en un contexto positivo, la experiencia de ADEPA nos señala que la pandemia por Covid-19 reforzó su participación, potenciando y empoderando al administrador, cuya figura creció exponencialmente, maduró y activó su formación en áreas antes no establecidas. “Nuestra función cambió totalmente y para siempre, se dimensionó lo humano, la empatía, la capacidad de guiar a las personas. Nos ayudó un programa de formación del INADEH donde los administradores pudimos fortalecer conocimiento en materia de control de las emociones, resolución de conflictos, entre otros aspectos que nos brindaron un mayor crecimiento profesional”.
Con un orgullo manifiesto, Jenniffer Campbell afirma: “de esta experiencia nos quedamos con el conocimiento, el desarrollo de nuevas habilidades y fortalezas y con las nuevas alianzas logradas con el entorno”.
Desde ADEPA surge hoy una propuesta interesante, crear los procedimientos y la reglamentación necesaria para que se defina claramente el perfil del administrador, sus funciones específicas y alcance, estableciendo a partir de allí una certificación para todo aquel que quiera ejercer esa función.