El reconocido cardiólogo panameño Daniel Pichel, advierte sobre la importancia de retomar las citas de control de cardiología en medio del temor al contagio de COVID-19. Asegura que el virus provoca daños y complicaciones en el corazón, haciendo vulnerables a los pacientes cardíacos en medio de la pandemia.
Las enfermedades cardiovasculares y derrames siguen siendo la principal causa de muerte. “Aún en medio de la pandemia de COVID-19 hay más muertes por enfermedades cardiovasculares y derrames que por COVID-19”, indica Pichel, quien asegura que las personas están asustadas en sus casas y han descuidado sus citas de control de enfermedades crónicas por miedo al contagio del COVID-19; olvidando que también las enfermedades crónicas son mortales, que continúan afectando el cuerpo.
“Los pacientes cardiovasculares que dejaron de asistir a sus citas de control por miedo al contagio tienen más probabilidades de descompensarse y de tener problemas. Por ejemplo, si se trata de un paciente cardiaco que requiere un seguimiento cada 2 o 3 meses, para revisión de insuficiencia cardiaca o una condición cardiaca severa potencialmente mortal, y no acude a sus controles presentará complicaciones pronto. Y si se trata de un paciente hipertenso que no asiste a su control y no se le ha estado monitoreando la presión en meses, si necesitaba un cambio en sus medicamentos no se le realizó, porque no se le había detectado”.
El miedo al COVID-19 ha provocado un descuido en los controles médicos y las consecuencias serán grandes en la población. Dentro de unos años habrá enfermedades crónicas en etapas más avanzadas, porque progresaron sin control o porque fueron detectadas muy tarde, aseveró el Dr. Daniel Pichel.
Citas virtuales
Una alternativa para retomar las citas de control es la consulta virtual. “El paciente no tiene que estar presencial en todas sus citas. Un médico puede monitorear al paciente mediante una pantalla y determinar si hay algún cambio. Si fuera necesario examinarlo, se puede agendar después una cita presencial. Lo importante es seguir teniendo un seguimiento con el médico especialista para evitar descompensarse.
“Hoy en día mediante una aplicación del celular inteligente, un reloj y un medidor de presión el paciente en casa y un oxímetro puede medirse la presión arterial, el pulso, la glucosa, el sueño y saturación del oxígeno en sangre. Al mismo tiempo que, en la cita virtual, el cardiólogo puede comparar los parámetros del paciente con su historial. Sin embargo, no todos están acostumbrados a la virtualidad en cuyo caso recomiendo la cita presencial. Pero lo peor es desconectarse de las enfermedades crónicas”, detalló el Dr. Daniel Pichel.
Los pacientes cardiovasculares tienen mayor riesgo de presentar pronósticos adversos ante una infección de COVID-19.
Una herramienta que sirve para detectar el COVID-19 y monitorear su evolución en el cuerpo es el oxímetro, un pequeño dispositivo para la punta de los dedos, que los pacientes cardiovasculares pueden comprar para monitorear su nivel de saturación de oxígeno en la sangre. Uno de los síntomas del coronavirus es la dificultad para respirar, que hace que los valores de oxígeno en sangre disminuyan peligrosamente.
“El problema es que, a veces la falta de aire puede ser silenciosa sin síntomas, por lo que usar este aparato puede ser útil. Si está en menos de 93% debe avisar a su cardiólogo o al Ministerio de Salud, porque puede ser un indicativo de una afección o infección pulmonar. Y si su prueba de COVID-19 resulta positiva, consulte con su médico las indicaciones del tratamiento y aíslese para no contagiar a nadie”.
Para usar correctamente el oxímetro en el dedo, la persona debe permanecer inmóvil. Si es mujer, debe primero quitarse el esmalte de uñas, ya que obstruye la señal de la luz y dar resultados incorrectos”, indicó el Dr. Daniel Pichel.
Se estima que, el 15% de los enfermos de COVID-19 presentarán una respuesta inflamatoria muy severa, mediada por sustancias que se liberan, la activación de conformación de coágulos en diferentes lugares del cuerpo y termina afectando todo el sistema en diversos órganos al mismo tiempo o produciendo fallas multiorgánicas, esto se conoce como enfermedad sistémica. El COVID-19 termina afectando el corazón y todo el aparato cardiovascular, el aparato pulmonar, el sistema hematológico, el sistema nervioso, el hígado y los riñones.
El corazón resulta muy afectado por el coronavirus.
De hecho, el COVID-19 provoca incidencia de infarto, arritmias, y complicaciones cardiovasculares en general. Produce una respuesta inflamatoria severa, un cuadro de fiebre que hace que el corazón funcione de manera sobrecargada, y empieza a requerir más oxígeno para seguir funcionando. El virus también activa la conformación de coágulos que obstruyen la circulación parcialmente en el corazón y/o los pulmones, mencionó el Dr. Pichel.
Asimismo puede provocar una infección en el corazón llamado miocarditis, que consiste en la inflamación del músculo cardíaco (miocardio), según autopsias realizadas en Estados Unidos e Italia. La miocarditis puede afectar el músculo cardíaco y el sistema eléctrico del corazón, lo que reduce la capacidad del corazón de bombear y producir ritmos cardíacos rápidos o anormales (arritmias).
Una prueba que usan los médicos para predecir complicaciones en el corazón por COVID-19, es la de la de troponina. Las proteínas de troponina en la sangre se secretan cuando el miocardio en el corazón resulta dañado, como ocurre con un ataque cardíaco. Cuanto más daño se produzca en el corazón, mayor cantidad de troponina habrá en la sangre y se sabe que esos pacientes tienen mas probabilidades de complicarse y fallecer por COVID-19.
Sin embargo, el Dr. Daniel Pichel concluyó que, la mejor herramienta para prevenir complicaciones cardiovasculares en medio de la pandemia de COVID-19, es retomar las visitas regulares con su médico de cabecera al mismo tiempo que tomar las medidas preventivas del virus.
FUENTE: PLATAFORMA MARKETING