Las playas de Costa del Este siempre son un lugar de encuentro para todos quienes tienen alguna preocupación por el medio ambiente. Lamentablemente ese trabajo sostenido que realizan algunas empresas, colegios, organizaciones, fundaciones y particulares gira en torno a un problema que pareciera no acabar: la falta de conciencia y responsabilidad a la hora de hacer una efectiva disposición de desechos en muchas comunidades. Toda esa basura colocada en lugares inadecuados, termina siendo arrastrada por el cauce de los ríos, hasta llegar a nuestras playas y provocar mucha contaminación.
Septiembre, momento en que se celebra el Mes de los Océanos, reúne todos los años a cientos de personas que hacen un gran esfuerzo en devolverle a las costas la belleza que algún día tuvieron, libres de contaminación. Y mientras hacen el trabajo, salen a relucir todo tipo de objetos: carcasas de televisores, equipos de sonido, juguetes, abanicos, miles de botellas de plástico y vidrio de todas las variedades, latas, telas, llantas y hasta carrocería de carros.
La mayor cantidad de desechos que termina frente a Costa del Este, proviene del corregimiento de Juan Díaz. Toda esta basura se desintegra en la playa y los peces y camarones se alimentan de ella. En consecuencia, más tarde nosotros consumimos animales contaminados. Es un ciclo que nos afecta a todos.