Por: Dra. Ana Gabriela Lucas
La influenza es una infección viral muy contagiosa que se transmite predominantemente a través de gotitas en el aire. Por lo tanto, si te encuentras a pocos metros de alguien que está enfermo, es probable que respires esas gotitas llenas de virus.
El lavado de manos es la forma más eficiente para disminuir la transmisión viral, y la vacunación sigue siendo la mejor medida de prevención contra la influenza grave. Lo ideal es hacerlo antes que el virus comience a circular, ya que el desarrollo de anticuerpos protectores contra la influenza demora aproximadamente 10 días desde la inmunización.
El 30 de abril de este año, la Organización Panamericana de la Salud (OPS), emitió una alerta epidemiológica informando que países cercanos como Costa Rica, Guatemala, Jamaica, Guayana Francesa y la República Dominicana, notificaron casos de influenza durante los primeros meses de 2018. Recomiendan que mujeres embarazadas tengan la más alta prioridad en recibir las vacunas debido al su mayor riesgo de presentar complicaciones al igual que los adultos mayores de 60 años, niños de 6 meses a 5 años, personas con enfermedad subyacente y trabajadores de salud.
Recomiendo la vacuna a partir de los 6 meses de edad. En la epidemia que hubo en Panamá en 2016, sólo la mitad de las personas que fallecieron por esta causa tenían más de 60 años o presentaban algún factor de riesgo como leucemia, lupus, insuficiencia cardíaca y diabetes; el resto fueron adultos jóvenes sin enfermedad de base que pudiera complicar el cuadro clínico.
Estas vacunas son seguras y no causan la enfermedad, porque están elaboradas con virus muertos o debilitados.
¡No le tengas miedo a la vacuna, tenle miedo al Influenza!