Investigación AGE
Su pensamiento y verbo, sin lugar a duda, se conectaron con las mayorías nacionales al igual que sus acciones lo proyectaron como un líder interesado en el bienestar colectivo. Como es natural, muchos le adversaban políticamente y, en otro plano, una parte de la población se mostraba escéptica ante su discurso populista.
El hecho es que el general Omar Torrijos Herrera supo ganarse la confianza de las clases bajas con obras que le beneficiaban directamente, proyectos que a todas luces estaban elaborados para mejorar sus condiciones de vida. Los más emblemáticos, por mencionar algunos, fueron la redistribución de las tierras en una época en la que los terratenientes tenían el control; la creación de escuelas, de fuentes de empleos, el desarrollo de un ambicioso programa de obras públicas y la consolidación de Panamá como un gran centro bancario internacional.
¿Líder revolucionario?
Fue un líder que obró a favor del país, impulsando grandes cambios que trascendieron las fronteras panameñas y cambiaron su historia.
Este 13 de febrero se cumplen 89 años del nacimiento del “líder máximo de la revolución panameña” como se le calificó en la Constitución de 1972 que él mismo impulsó. Nada se ha dicho respecto a esta conmemoración, aunque es común que la organización política que él fundó desde el poder, el Partido Revolucionario Democrático (PRD), realice algún acto en homenaje a uno de sus grandes representantes.
Estadista y radical
Omar Torrijos desafió a las clases poderosas del país y más allá de éste. Y en su agenda comprometió lograr la autonomía territorial absoluta de Panamá, que era un grito colectivo en aquellos tiempos. Supo manejar sus argumentos y logró cumplir este compromiso que parecía irrealizable. En 1977 se firmaron los tratados Torrijos-Carter que decretaron la entrega definitiva del territorio ocupado por los norteamericanos alrededor del Canal.
Muchos espacios exclusivos fueron expropiados para crear espacios destinados a la recreación y servicios diversos para las clases populares, generando un concepto justiciero en torno a su persona y su gestión.
Sus buenas obras también tuvieron el acompañamiento de otras no tan plausibles en el marco de una sociedad que creía en la democracia. Torrijos nunca comulgó con sus adversarios políticos, por esta razón fueron erradicadas muchas organizaciones partidistas y encarcelados o exiliados los dirigentes más representativos de éstas. Más de 200 asesinatos y desapariciones se atribuyen a su gestión.
El destino de los héroes
A sus 52 años, Omar Torrijos Herrera muere en accidente aéreo en el Cerro Marta, Coclé, hecho revestido de dudas evidentes, especulaciones y declaraciones públicas relacionadas con un atentado perpetrado por agencias norteamericanas en contra del líder panameño para frenar sus planes emancipadores. Las verdades siguen ocultas y las voluntades para esclarecer el caso siguen temblando a merced de los probables responsables.
Belisario Rodríguez Garibaldo, docente, jurista, periodista y sociólogo, asegura en uno de sus artículos sobre Torrijos que su pensamiento y acción representa una de las más importantes filosofías políticas de Panamá. Que su figura pervive en el mito popular y el tiempo lo hace perdurable y cada vez más trascendental, convirtiéndolo en uno de los más importantes caudillos político de nuestra historia contemporánea.
Se trata de esos líderes cuyos ideales prevalecen y se fortalecen, así como sus desmanes afloran como contradicciones que equilibran el lado humano del estadista.