El valor y significado de la Semana Santa se ha debilitado con el tiempo. Panamá no es la excepción respecto a esta afirmación y en ello coinciden la mayoría de los sacerdotes y líderes católicos del país, sin embargo, con la pandemia que el mundo atraviesa, pareciera que mucha gente está renovando su fe y acercándose más a Dios, a la palabra santa, a la paz que que creer da al espíritu.
Por su significado, la Semana Santa es el momento litúrgico más intenso de todo el año, sin embargo, para muchas personas, incluyendo a quienes profesan la religión católica, se ha convertido sólo en una ocasión de descanso y diversión, olvidando los preceptos que indican que durante esta semana es propicio dedicarse a la oración y reflexión en torno a los misterios de la pasión y muerte de Jesús, y más allá de ello sobre nuestra vida y el compromiso que tenemos con la sociedad en la que habitamos.
El padre Freddy Ramírez, párroco en el Santuario Nacional Sagrado Corazón de Jesús, ha escrito que “estos días son una preciosa oportunidad para ahondar en el misterio de la persona de Jesús a través de la oración, las celebraciones litúrgicas, las procesiones y la adoración. Es un tiempo especial para hablar al Señor y preguntarle: ¿Quién eres tú, Jesús? ¿Qué quieres revelarme de ti este año? ¿Qué buena noticia me traes a mí y a mi familia?”.
Por primera vez en la historia, las familias no podrán celebrar las santas misas de esta época en los templos, hoy a todos nos corresponde quedarnos en la protección del hogar, orando en familia y televisando las misas. La Iglesia Católica pide a las familias hacer juntos la cruz con cualquier palma y colocarla en la puerta de sus casas. Hay que participar con el ánimo puesto en la fe y el deseo de hacer más por el prójimo, establecer compromisos para los meses siguientes, para su vida y su visión del mundo.
Referencia
La Semana Santa fue la última semana de Cristo en la tierra y culmina con el día de su resurrección, de allí la importancia que le da la Iglesia Católica. Siglos atrás, esta semana era denominada La Gran Semana y tenía el mismo significado de ahora. Inicia con el Domingo de Ramos y culmina con el Domingo de Pascua.
La Iglesia Católica define cada día de esta semana con un significado particular y con oficios diferentes en función de la conmemoración. Los más importantes son los siguientes: