Andreína Rodríguez González
Ya entró con intensidad la temporada de lluvias y la movilidad por Ciudad de Panamá es lo primero que se afecta. No solo la humedad del pavimento incrementa los riesgos de accidentes vehiculares o complica mucho el desplazamiento de los peatones en las aceras.
Filtraciones y aguas empozadas por drenajes obstruidos han deteriorado la infraestructura pública en diversos puntos del centro capitalino.
La importancia de mantener las vías en buen estado, no solo radica en la estética de una capital de negocios, que busca perfilarse como el principal destino turístico de Centroamérica, también lo es para la preservación de la seguridad y la salud de sus habitantes, sobre todo ahora que la nueva política de movilidad urbana enfila sus esfuerzos por hacer de Ciudad de Panamá una metrópolis para el peatón.
La realidad en San Francisco
En el corregimiento que produce el mayor porcentaje del Producto Interno Bruto del país, en la avenida Israel, frente al Multicentro, botes de aguas servidas corren por las aceras, de por sí intransitables, hacia la vía pública donde cientos de buses de pasajeros circulan.
En el exclusivo bulevar Punta Pacífica, es recurrente un bote de aguas que inunda más de 10 metros de acera, incluyendo la parada de metrobuses frente al PH Quartier.
En cuanto a la transitada calle Matilde de Obarrio, cruce con la calle 56 un reciente operativo de parcheo renueva la espera por la construcción del nuevo sistema de drenajes acorde con la creciente densidad poblacional en el sector.
En la entrada del Multiplaza, una filtración sobre la calle se mantuvo cerca de dos semanas antes de ser atendida.
Y en la acera de en frente, el lava autos de National Car Rental mantiene sus desagües hacia la vía pública, dejando correr el agua sobre la acera y vía pública.
Frente al Hospital Punta Pacífica, un bote recurrente volvió a emerger, manteniendo el pavimento humedecido constantemente.
En la calle 74 de Carrasquilla, a pocos metros del acceso al Parque Omar, una filtración ha socavado la acera y afectado el poste eléctrico. Los vecinos recurrentemente rellenan el hundimiento con caliche.
La bahía de Boca La Caja aún no ha recibido una jornada exhaustiva de limpieza, corriendo el riesgo de llegar a acumular aún más desechos y cachivaches, que usualmente, arrastran los ríos Matasnillo y Santa Elena al crecer su cauce.
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