¡Orden en la mesa!
Nadie quiere salir de su casa y encontrarse con espacios llenos de escombros, basura, desechos y hasta mini restaurantes instalados en las aceras; lo cual les impide caminar cómodamente y en el peor de los casos ser testigos, cuando se van, de la suciedad que en oportunidades dejan algunos de estos puestos ambulantes de comida que son el dolor de cabeza de muchos, y la tranquilidad de otros.
Entre las 11:00 de la mañana y las 3:00 de la tarde más o menos, vecinos comparten aceras con tarantines, mesitas, sillas y toldas que se instalan para satisfacer a una gran cantidad de empleados que se trasladan a esta comunidad (muchos salen de sus hogares antes de las 5:00 a.m. para llegar a tiempo a sus trabajos) y por diversos motivos no cuentan con la facilidad de cargar con su lunch. Tampoco tienen capacidad de almorzar diariamente por 7 balboas o más, que es lo que cuesta aproximadamente un plato en un restaurante (no comida rápida), por lo que estas opciones les son muy convenientes.
Poniendo orden
Pero, ¿dónde empieza el derecho de unos y termina el de los otros? La pregunta parece tener respuestas que no complacen a todos. Según las normativas municipales, personas que cumplan con permisos sanitarios, de manipulación de alimentos y autorización del municipio, pueden vender en las calles comida preparada, o hacerla en el lugar si además tienen el visto bueno del Cuerpo de Bomberos.
El alcalde de Panamá José Isabel Blandón asegura que los únicos locales ambulantes que pueden ser removidos, son aquellos que no soliciten a la municipalidad previamente los permisos de sanidad y uso de áreas públicas. “Si a pesar de cumplir con todos los requisitos no mantienen el área limpia, perturban la tranquilidad en horas nocturnas o usurpan espacios públicos como aceras fuera de lo acordado, el comercio recibirá una multa”, resalta el líder capitalino quien agrega que los food trucks deben además cumplir con las regulaciones del consumo de bebidas alcohólicas, horarios, disposición de equipos de sonido y uso de espacios públicos.
De manos atadas
Con lo anteriormente expuesto, queda claro que los vecinos no tienen la guerra ganada, pues mientras cumplan con los permisos, estos buhoneros se podrán instalar en las aceras. La Alcaldía de Panamá desalojó a algunos que no cumplían con la normativa y la administración de CDE también trata de poner orden al exigir a los vendedores ambulantes que una vez que pase la hora de la comida, se retiren del lugar y dejen todo limpio.
En la actualidad se intenta regular la permanencia de carros o food trucks para garantizar, a quienes tienen restaurantes en CDE y pagan impuestos por el tipo de negocio que regentan, que no resulten afectados por la presencia de estos comerciantes itinerantes de comida. La idea es que haya una sana convivencia en la que todos obtengan beneficios sin atentar contra la tranquilidad y derechos de los demás.
Opina la comunidad
Luis Escobar, vendedor de comida: “CDE es un muy buen lugar para vender comida porque hay muchos trabajadores que no pueden darse el lujo de comer en un restaurante todos los días. Nosotros cumplimos las normas sanitarias, ofrecemos comida sabrosa y de buena calidad”.
José Vega, trabajador: “Yo manejo un camión y cuando hago entregas por CDE compro comida en estos puestos; es buena y económica”.
Caroline Wright, residente PH Latitud: “Los vecinos no podemos disfrutar de las aceras. Entre las construcciones del Súper 99 y los tarantines de comida, no hay espacio para caminar. Iniciamos una recolección de firmas para tratar de que nos ayuden con este tema. La Alcaldía desalojó a varios y al día siguiente estaban allí de nuevo”.