Una pequeña grabadora dispuesta dentro su habitación en el Hospital del Niño mantiene a Daniel Márquez de 3 años aferrado a la vida y luchando. Su madre, Yenedith Garzón cuenta: “Nosotros grabamos nuestras voces y le decimos que lo amamos. Esa palabra transformó lo que se lo estaba llevando en esperanza. Beso su mano y le digo aquí estoy, muevo sus piecitos, hago sus terapias, le repito que lo amo”, relata Garzón para agregar que han sido las canciones de Dora “la exploradora” y Backyardigans las que han ayudado a que el pequeño recupere su movilidad.
Sin embargo, aunque cada día se fortalecen en la esperanza, la joven madre rememora los tiempos difíciles que vivieron al inicio, cuando Danny estuvo 45 días en coma, su corazón dejó de responder y un riesgo de muerte latente mantuvo a los Martínez Garzón aferrados a su fe “yo lo único que le pedía a Dios era que no me lo desconectaran, que él algún día iba a volver”.
Un mensaje sin fronteras
“Vamos a darnos la mano, no a la discriminación, sí a la aceptación”, es el mensaje que la organización Ayoudas, fundada por Erika Otero, quiere transmitir con esta campaña denominada “Los ángeles no tienen fronteras”, con la que pretenden extender su rango de acción a aquellas personas que vinieron a Panamá en búsqueda de mejores condiciones de vida y que lamentablemente están pasando por una situación similar a la de la familia Márquez.
¡Gracias Panamá!
Vistiendo la camiseta de La Roja o de la Vinotinto, así visualiza
Nelson Bustamante a Danny Márquez en el futuro: “me lo imagino haciendo goles a sus 18 o 19 años”. El animador venezolano aprovechó la campaña “Los ángeles no tienen fronteras” para agradecer al pueblo panameño el haber recibido con los brazos abiertos a cientos de inmigrantes. “Mis mejores amigos son panameños, cuyos padres salieron de esta tierra huyendo de la dictadura y Venezuela les abrió las puertas ofreciéndoles libertad de expresión, seguridad, un lugar donde los sueños se hacían realidad. La vida cambia a cada instante y ahora nos tocó a los venezolanos emigrar por primera vez en nuestra historia. Nosotros no salimos de allá porque queríamos, salimos con miedo, con incertidumbre, dejando familia y recuerdos con maletas llenas de dudas y temores, nos bajamos en Tocumen y nos recibieron con los brazos abiertos. Panameños siéntanse orgullosos de lo que están sembrando para Venezuela”, finalizó.