El problema de la basura en Panamá se agudiza

Los procesos de recolección, manejo y disposición de la basura en Panamá se hacen cada vez un problema más complejo y difícil de atender en el contexto operativo y funcional actual.

De acuerdo con estimaciones hechas por la Cámara de Reciclaje de Panamá, la atención al problema de la basura en el país debe ser un tema de alta prioridad, principalmente por las implicaciones de salubridad que involucra.

Cifras publicadas por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD, en años anteriores, cada panameño genera alrededor de 1,2 kilogramos de residuos sólidos al día. En este momento esa cifra pudiera redondearse en 1,5 kilos o más.

Pudiéramos estar hablando de más de 6 toneladas de basuras por día, lo cual amerita una logística de recolección y tratamiento de alta envergadura.

Puntos críticos

El primer gran problema radica en el sistema de recolección, proceso que se ve afectado por la gran cantidad de unidades recolectoras que se encuentran deshabilitadas por daños mecánicos, y otras que han sido desincorporadas definitivamente y no han sido reemplazadas.

Esta situación afecta de manera determinante la frecuencia de recolección y genera vacíos que prolonga la presencia de desechos en los tinacos y contenedores ubicados en plena vía pública, lo cual causa molestias y reclamos por parte de los vecinos.

El otro problema está en la disposición de la basura, ello debido al colapso de los vertederos, principalmente el de Cerro Patacón, que ya se ha convertido en un problema de salud pública a causa de las altas cantidades de desechos que allí se manejan a cielo abierto y cuya disposición está afectando los afluentes subterráneos de ríos y lagunas en el área capital.

Toda esta situación descrita de manera muy general afecta la prestación de este servicio que es fundamental para la población, más en una ciudad que crece vertiginosamente en infraestructura y población.

Los mares

No solo las áreas urbanas son impactadas por el problema de la basura, en un informe de 2019 elaborado por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, se calculó que por año Panamá descarga en el mar 102 mil 229 toneladas de basura generada en tierra firme.

Esto activó las acciones por parte del Ministerio del Ambiente y se creó el Plan de Acción Nacional de Basura Marina que comenzará a implementarse este año 2021 hasta el 2026, y que tiene como finalidad lograr que la población realice aportes concretos en la limpieza de los ecosistemas costeros y mares del país.

Presupuesto 2021

En un informe publicado en su página web, la AAUD muestra un esquema presupuestario elaborado para gestión de este año por un monto de 105 millones 075 mil 729 balboas. De esta cifra, se prevé que B/.62,723,881 se destinen para funcionamiento y B/.42,351,848 para inversión.

Entre los proyectos de inversión para el 2021 está la compra de piezas y suministro para desarrollar un plan de recuperación de la flota de equipos que se mantienen con daños mecánicos, efectuar el pago correspondiente a servicios comerciales a Urbalia Panamá S.A. gastos financieros, centros de transferencia, saneamiento y clausura de vertederos.

De acuerdo con el administrador de la AAUD, Pedro Castillo, el presupuesto de funcionamiento es para cubrir las necesidades básicas de repuestos, mantenimientos, combustibles y útiles de limpieza, pagos de planilla, entre otros.

Lo que muchos no entienden

No podemos dejar de mencionar la marcada incongruencia que existe entre la influyente y poderosa junta directiva de la AAUD y el deficiente servicio que ésta presta a la comunidad. De acuerdo con su portal, esta junta directiva está compuesta por los ministros de Salud, Trabajo y Desarrollo Social, Vivienda y Ordenamiento Territorial y Ambiente; por los directores de las Autoridades de Turismo y Servicios Públicos; y tiene en ella representación el Contralor General de la República.

Cómo se explica que en tantos años estos problemas no hayan sido atendidos y resueltos, estando la solución en manos de funcionarios tan cercanos al Presidente de la República. ¿Falta de voluntad?