Aunque en la actualidad Panamá no comulga con la actividad taurina, en otros tiempos las corridas de toros formaban parte de las distracciones predilectas de los nacionales y de las personas que habían adoptado a Panamá como su segunda patria. Existen evidencias de que el toreo se practicaba en los tiempos de la colonización, en la primera ciudad, hoy conocida como Panamá La vieja.
La presencia de españoles que llegaron a trabajar en el Canal impulsó la tauromaquia en el país y por lo que hubo otras plazas emblemáticas que reunían multitudes y donde se celebraban las fiestas patrias con monumentales corridas de toros. Una de estas plazas, tal vez la última que existió de manera permanente en la ciudad, estaba ubicada en un lugar inimaginable para muchos.
La plaza de toros La Macarena ocupaba el espacio donde hoy se encuentra el Super 99 de Vía Porras, en el área cercana al Centro de Convenciones Atlapa, en el corregimiento de San Francisco. Fue fundada en el año 1953 y 14 años después cerraría sus puertas para siempre, siendo demolida.