Lavarse las manos es un hábito que debe ser parte de nuestra rutina diaria y a través del cual evitamos el contagio y propagación de muchas enfermedades, sobre todo en los más pequeños.
El objetivo de este día es procurar que, en todo el mundo, la práctica de la higiene de las manos sea algo regular, así podemos evitar la propagación de muchas enfermedades que atacan principalmente nuestro sistema digestivo, pero que puede terminar comprometiendo otras partes del organismo.
El propósito de esta celebración es servir de guía para saber cuáles son los momentos más importantes del día donde debemos lavar nuestras manos. Para una persona normal esos momentos están asociados a la comida y cuando va al baño. En general, debemos asear nuestras manos cuando vamos a cocinar o comer y después de haber ido al baño o realizar un cambio de pañales a nuestro bebé.

En el ámbito hospitalario, cada año, millones de pacientes y trabajadores de salud se ven afectados por infecciones asociadas a la atención sanitaria, muchas de ellas prevenibles. La higiene de las manos y la limpieza ambiental en los centros de salud son algunas de las intervenciones más eficaces y económicas para mejorar la seguridad del paciente, prevenir infecciones y contener la resistencia a los antimicrobianos.
En la Región de las Américas, aún queda mucho por avanzar en cuanto a la mejora de las prácticas de higiene de manos y las condiciones de agua, saneamiento e higiene (WASH) en los establecimientos de salud.
¿Y los guantes?
Los guantes son fundamentales en ciertos procedimientos clínicos, pero nunca reemplazan la higiene de manos. Lavarse o desinfectarse las manos antes y después de usarlos protege tanto a pacientes como a trabajadores de salud. Cuando se realiza en el momento adecuado y de la manera correcta, la higiene de manos salva vidas.
El uso excesivo o innecesario de guantes también tiene un impacto ambiental significativo. Durante la pandemia de COVID-19, los guantes generaron toneladas de residuos diariamente. Por eso, la campaña 2025 también destaca el impacto ambiental del uso excesivo de guantes e impulsa prácticas conscientes y basadas en evidencia.
Hacemos un llamado a los trabajadores de la salud y a los responsables de políticas para reflexionar no solo sobre la seguridad, sino también sobre la sostenibilidad. El uso racional de los Equipos de Protección Personal (EPP), incluidos los guantes, debe ir de la mano con prácticas efectivas de prevención y control de infecciones (PCI).