Niños y adolescentes pasan muchas horas del día frente a las pantallas. Acceden a ellas con fines variados: para jugar, mirar una película, escuchar música, buscar información o para comunicarse con los demás.
Desde mi punto de vista, es preocupante que muchos niños y jóvenes permanecen conectados y alejados de la vida “real” durante muchas más horas de las que se consideran saludables para su desarrollo normal. Esto comienza a una etapa temprana, a menudo cuando los niños no hablan y se entretienen con los teléfonos celulares y tabletas de sus cuidadores (padres, abuelos, tíos o niñeras), en vez de explorar el mundo a su alrededor e interactuar con quienes los rodean.
Según un estudio realizado en Estados Unidos, publicado en el 2010: “Un niño promedio de entre 8 y 10 años pasa cerca de ocho horas diarias frente a distintos elementos electrónicos, y esta cantidad asciende a más de 11 horas diarias en niños mayores y adolescentes.” La televisión es desde hace mucho tiempo la popular “niñera sustituta”, y sigue dominando la lista de las pantallas más utilizadas por los niños, pero las computadoras, tabletas y celulares la van desplazando gradualmente.
El uso excesivo de medios electrónicos puede tener importantes efectos negativos sobre la conducta, la salud y el rendimiento escolar de los niños. Hay evidencia de que el tiempo frente a las pantallas está asociado con la obesidad, porque favorece el aumento de la ingesta de calorías y disminuye el tiempo que los niños invierten para realizar actividad física. También hay evidencia que pasar mucho tiempo frente a pantallas se asocia con efectos perjudiciales tales como trastornos del sueño, irritabilidad, bajo estado de ánimo, desarrollo cognitivo y socioemocional, lo que lleva a un pobre desempeño educativo.
Además, los niños pueden sentir dolor en los dedos y muñecas, y sufrir dolor de cuello y espalda por inclinarse sobre sus teléfonos, tabletas y computadoras durante muchas horas. Recomiendo que los niños menores de 2 años no sean expuestos a pantallas, porque si cerebro se desarrolla rápidamente durante estos primeros años, y los niños pequeños aprenden mejor si interactúan con personas. Los niños más grandes y adolescentes pueden pasar no más dos horas al día frente a las pantallas, preferiblemente viendo contenido de alta calidad, mientras que el resto de su tiempo deberían dedicarlo a jugar al aire libre, leer, practicar un deporte, tocar un instrumento musical y usar su imaginación en los juegos. Por último, recomiendo no usar pantallas una hora antes de acostarse, para evitar los trastornos del sueño.
FOTOLEYENDAS
1.- Se deben promover las actividades al aire libre.
2.- Las actividades artísticas son muy favorables.