Las estufas de inducción tienen importantes ventajas sobre otros tipos, sobre todo porque el generador electrónico suministra energía a una bobina que produce su campo electromagnético de alta eficiencia, lo que la hace más veloz en la cocción de los alimentos. Por ejemplo: En una estufa de gas, una olla con seis litros de agua tarda 18 minutos en hervir, en una eléctrica 16, y en una de inducción tarda sólo ocho minutos. Esto nos ahorra mucha energía.
Otra es que no calienta el aire alrededor, mientras en una estufa de gas, casi el 65% del calor generado por la flama se desperdicia en el aire, y genera daño al medio ambiente, pero lo más grave es que genera contaminación ambiental dentro de tu hogar y en una estufa de inducción la mayoría de la energía se va directamente a la olla, teniendo un 86% por ciento de eficiencia energética. Su tecnología calienta directamente la superficie de la olla, de forma pareja, no hay zonas con diferentes temperaturas como en las otras estufas.