El ciudadano muerto fue identificado como Eduardo Calderón. El hecho ocurrió en el hotel El Panamá durante los primeros días de julio de este año. La habitación en la que ocurrió había sido reservada por el sacerdote, según fuentes no oficiales.
José Domingo Ulloa, Arzobispo de Panamá, leyó un comunicado en el que la Iglesia aclara que «hasta el momento la Iglesia Arquidiocesana no ha sido informada de que exista alguna acusación de contra del sacerdote». Explica que se tomó la previsión para que la justicia realice las investigaciones pertinentes relacionadas con el caso.
«La Iglesia católica, respetuosa del debido proceso, colabora en esta investigación que lleva la justicia ordinaria, a través del Ministerio Público», agrega el comunicado de prensa.
Tras el pronunciamiento de Iglesia, no se permitió preguntas a los periodistas. Ulloa informó además que se designará a un sacerdote para que sea quien comunique lo que sucede respecto a este tema «porque queremos poner las cosas sobre la mesa y yo tengo que estar viajando mucho y no me puedo ocupar, y por eso hemos delegado a un sacerdote para que según el curso de estas investigaciones podamos estar todos atentos de lo que va sucediendo».