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VECINO DESTACADO/ Marvin Castillo promueve la robótica como herramienta educativa

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“Es una gran satisfacción ayudar a tantos niños a través de la educación. No a todos les gusta la robótica pero sí a todos les llama la atención”

Nervis Araujo Rincón/Fotografías: AGE

Los sueños de sus tres hijos han sido su mayor inspiración y lo sacaron de una vida gerencial complicada, que lo alejaba de lo realmente ama: su familia y que lo tenía sumergido en un nivel de estrés tan elevado, que hasta llegó a enfrentar un derrame cerebral, que no le dejó consecuencias físicas pero si fue el aviso que necesitaba para tomar la que fuera su mejor decisión, según cuenta Marvin Castillo, con sobrado entusiasmo.Fue así como, después de 18 años de haber sido el fundador y líder de una empresa de servicios marítimos en Ancón, que ofrece reparaciones de barcos, inspecciones y buceo comercial, da un vuelco a su vida creando Panamá Stem Education, en el año 2014, primera  academia de robótica del país.

La epifanía

“Asistí junto a mi hijo mayor a Sochi, Rusia, donde él participaría en la Olimpiada Mundial de Robótica, tras ganar varias competencias,  y al ver el nivel de los niños de otros países, me quedé pensando que teníamos que hacer algo importante por la educación en Panamá”, comenta Castillo para aclarar cómo fue que se le ocurrió la idea de sembrar la enseñanza hacia esta disciplina científica y tecnológica, con la que impacta a cientos de niños y se mantiene cerca de los suyos.

Cuenta que comenzó en Cárdenas, en un pequeño estudio de su casa, donde los niños de la barriada llegaban a hacer robótica junto a sus tres hijos y quedaban fascinados, fue entonces cuando aplicaron a la Ciudad del Saber y fueron aceptados, iniciando operaciones en este espacio en 2015, donde hoy tienen unos 200 estudiantes en horarios regulares de lunes a viernes y cerca de 700 en el programa Summer Camp, con niños que estudian en el horario internacional. “Hemos participado en muchas competencias nacionales e internacionales, como lo que fue, la Primera  Olimpiada Nacional de robótica, de donde salieron los  6 equipos que participaron en Qatar, con un total de 12 niños”.

Llegó la fundación

Para llevar la educación robótica a estudiantes de escuelas públicas, fue creada  Fundastem, una fundación con la que Marvin Castillo y su equipo han creado 29 laboratorios, donde instalan los softwares de robótica y programación; entrenan a los niños y a los docentes, a quienes les dan guías digitales e impresas,  los capacitan a través de tres ciclos   presenciales de 24 horas y 20 no presenciales.

Con la fundación han llevado también a estos participantes a formar parte de importantes competencias, como la de la India, en 2017. En total, ya son 20 mil niños impactados por los proyectos. “Ya hemos encontrado apoyo de la Alcaldía de Panamá, Lotería y Meduca pero Senacyt no ha dado ningún respaldo”.

“Nosotros como sociedad tenemos que cambiar, debemos mejorar la educación del país. Nuestra meta es llegar a 300 escuelas, beneficiando a un promedio de 150 mil niños que estén aprendiendo programación. Ya en los años 80 Steve Jobs visualizaba que todos los niños tenían que aprender programación porque ésta le ayuda a tener un pensamiento estructurado y así entienden mucho más rápido las matemáticas, tecnología, ciencias y arte. “La programación es el vehículo pedagógico para que el niño aprenda a pensar”.

La ciencia multiplicada

La Olimpiada Nacional de Robótica Cable Onda 2018 se realizará en Atlapa, los días 30, 31 de octubre y 1ro de noviembre, con la participación de más de mil niños. “No hay en el país y en Centroamérica una olimpiada tan grande como ésta, donde serán mostrados 230 proyectos a través de stands. Todos enfocados en la educación robótica con énfasis en apoyar  un  desarrollo sostenible para  la nutrición del país”, explica Castillo.

El arte en el agua

También, por la pasión que siente su pequeña por esta práctica, en Ciudad del Saber, dentro del Club Kiwanis, lideró la creación del Club de Natación Artística Wonder Shark, con padres de la zona, donde 12 niñas desde los 6 años están dedicadas a aprender y a competir en este hermoso deporte acuático. “Ya hicimos dos convocatorias nacionales y acabamos de participar en el  Campeonato Centroamericano y del Caribe en Aruba, y en agosto estaremos  en el Panamericano de Estados Unidos. Nos gustaría que éste se convierta en un deporte más popular y que más niñas participen”, puntualiza.