Si hay que buscar una palabra para definir a Asturias, sería “encanto” porque historia, monumentos, montañas, playas, pueblos singulares, gastronomía y diversión confluyen en este principado español, un destino que al visitarlo se convierte en uno de los imborrables regalos de la vida.
Esta región está conformada por tres ciudades: Oviedo, Gijón y Avilés, además de numerosos pueblecitos de pescadores y aldeas de montaña con paisajes tan hermosos que parecen pintados y que realmente le impactarán. Hay tanto que visitar y descubrir que una semana no bastará.
Lo mejor es comenzar su aventura en Oviedo, capital del Principado de Asturias, tan antigua que su nacimiento se remonta a la Alta Edad Media, o quizás antes, cuando se llamaba Ovetum. En invierno es muy frío y en primavera ostenta una rica temperatura y se llena más de color por sus flores, cielo y mar.
Pida que lo lleven al monte del Naranco, que está coronado por el monumento al Sagrado Corazón de Jesús, creado en 1950, como símbolo de protección a Oviedo. Iluminada desde 1992, y en su pedestal está la Cruz de la Victoria, emblema de la historia ovetense y asturiana. Allí estará a 600 metros por lo que desde tendrá una visual entrañable de toda la ciudad. Hay un área recreativa para niños y para compartir en familia los famosos merenderos o picnics. En esta misma ruta, quedará hechizado al ver dos iglesias: San Miguel de Lillo y Santa María del Naranco, que la historia dejó como vestigio del arte y religión prerrománico asturiano. Formaban parte de un complejo arquitectónico del siglo IX. Ambas forman parte del patrimonio de la humanidad.
Desde la Corrada del Obispo inicia la calle de San Vicente y allí el arco del monasterio. Aquí nació Oviedo, pues los monjes Máximo y Fromestano fundaron en el año 761 un templo en honor a San Vicente. Posteriormente, el rey Fruela I inició la construcción del primer núcleo habitado.
La Catedral y su imponente torre es el centro del casco antiguo de Oviedo. Su plaza está enmarcada por un conjunto de ilustres edificios, como la capilla de la Balesquida, del siglo XIII; la Casa de los Llanes, construcción barroca del siglo XVIII y a su lado el Palacio de la Rúa o del Marqués de Santa Cruz, del S. XV, que es la edificación civil más antigua de la ciudad. También está el Palacio de Valdecarzana y Heredia, de los siglos XVII y XVIII. Es un edificio barroco de tres plantas que acoge las dependencias del Tribunal Superior de Justicia de Asturias.
En el casco antiguo también verá la iglesia de San Tirso, fundada por Alfonso II el Casto en el siglo IX y separada de la Catedral por la calle Santa Ana. Contigua a la plaza de la Catedral está la plaza de Porlier, donde se levantaba el castillo o fortaleza construida por Alfonso III el Magno para la defensa de la ciudad en el lugar donde actualmente se encuentra el edificio de Telefónica.
Al primer lugar que le llevarán camino a la Virgen de Covadonga es al Puente Romano en el poblado Cangas de Onís. Realmente le impresionará conocer la historia de esta construcción, situada sobre el río Sella, erigido en la época medieval de tiempos del reinado de Alfonso XI de Castilla y de León con su famoso arco peraltado y otros dos arcos menores que son desiguales. De éste central cuelga una reproducción de la Cruz de la Victoria.
Este es el famoso Puente Romano con su Cruz de la Victoria, uno de los lugares insignia de la historia de España.
Cangas de Onís es muy lindo. Allí tendrá la sensación de ser un pueblo construido para una película de época porque sus monumentos, calles y plaza están muy preservadas y su tranquilidad impacta.
Un lugar que no olvidará será el santuario de la Virgen de Covadonga, patrona de Asturias, hermosa imagen que se encuentra albergada en una cueva dentr de la montaña y rodeada de riachuelos. También está su catedral. Debe entrar y sentir la paz y belleza de su interior; el olor a madera antigua lo recordará siempre. Muchos famosos escogen este recinto para jurar amor eterno.
Los colores de sus casitas enclavadas en desniveles sobre una montaña, miran al mar y sorprende al que llega por su genuina belleza. Su ambiente es festivo y parece un pueblito de cuentos que está escondido entre la montaña y el mar Cantábrico. Su origen es tan antiguo que algunos historiadores aseguran que fue hogar de vikingos. Es el pueblo turístico más famoso de la costa del Principado.
Prehistórico y romano, urbano, vanguardista, marinero, cosmopolita y festivo son adjetivos que le calan a esmero a Gijón. Sus espléndidas vistas al mar, sus paseos en su zona histórica, sus monumentos, gente y tiendas enamoran al visitante. Puede conocer parte de la ciudad caminando. Visite los jardines de la Reina, la playa de Poniente, la del Arbeyal, la calle Corrida, la de los Moros, la Plaza del Instituto, La Campa de Torres, Veranes, La Guía, Somió, La Providencia, Caldones, Deva o La Camocha.
En el bulevar de la sidra pasará una noche de tapas y tragos súper divertida, rodeada de gente que anda en lo mismo: divirtiéndose en torno a la tradición y el importante significado que tiene esta bebida en Asturias.
Una de las lindas sorpresas que Oviedo nos presentó fue a Andrea Lozada Garrido, una joven de apenas 20 años, aficionada a la fotografía pero con disparos profesionales, que logran verdaderas obras gráficas, como las que ha visto en este reportaje. La fotografía inició en su vida de forma fortuita hace cinco años cuando observó el mensaje que transmitían los retratos que hacía una amiga con su cámara. Desde allí emprendió una pasión que seguramente le acompañará el resto de su vida y que comparte con sus estudios de primer ciclo de grado superior en educación infantil; luego quiere conquistar el título de sicóloga infantil.
“Amo la fotografía, me he dedicado a estudiar por internet y a descubrir cada día técnicas con las que logro captar la foto que imagino porque primero hago la foto perfecta en mi mente. Comencé haciendo fotos de naturaleza, retratos y ahora la que más me gusta es la de desnudos; ya hago sesiones que me solicitan conocidos y también gente que vi trabajo en redes sociales”.