Cultura

Celebrar el carnaval es ley para los panameños

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David De Sousa - Lo más colorido de las celebraciones son las carrozas que desfilan tanto por la Cinta Costera y en el interior del país

Panamá es un país especial por muchas buenas razones, sin embargo la celebración y la ansiedad por la llegada de los carnavales que cada año se siente semanas previas a la fecha, es una de las particularmente llaman la atención. Tanto es la algarabía que hay quienes afirman que los preparativos superan a los de navidad, año nuevo y el día de las madres juntos.

Los niños se emocionan, muchos se disfrazan, las polleras se engalanan, comienzan las mojaderas en el interior y la capital del país, ruedan las coloridas carrozas por las vías de la Cinta Costera y los panameños, extranjeros y turistas disfrutan de unos días de descanso, alegría y mucha diversión.

Históricamente las festividades carnestolendas en Panamá comenzaron durante la presencia de los españoles en el istmo y eran conocidas como  las fiestas del verano, las cuales tenían como objetivo dar gracias por la terminación de muchas cosechas además de aliviar del trabajo fuerte.

«El carnaval de Panamá, un país en fiesta», fue como bautizó la autoridad de turismo las actividades organizadas para este año. Una de las tradiciones que se va a rescatar es la participación de la familia en las fiestas y actividades, con el desfile de carrozas, y comparsas, porque se rendirá honor al folclore nacional. Por otra parte fueron invitadas una serie de delegaciones de extranjeros residentes en el país, para que participen, indicó la Autoridad de Turismo (ATP), Jesús Sierra Victoria en rueda de prensa.

Los eventos del carnaval  2015 en la capital inician el viernes 13 de febrero próximo en la Cinta Costera, con la coronación de la soberana que resulte electa entre las candidatas que representen  a los corregimientos de la ciudad de Panamá y culminan el 18 de febrero, miércoles de ceniza, con el entierro de la sardina.

Opiniones enfrentadas

A pesar de la singular importancia que tradicionalmete tiene el carnaval para el panameño, son muchos vecinos de la capital quienes opinan que son innecesarios y hasta perversos, mientras hay muchos que los defienden a capa y espada.

“Es una forma de diversión que promueve el turismo, favorece a los hoteles y genera mucho empleo”, es la opinión de José Villalobos, similar a la de Renulfo Chávez que piensa que “son una fiesta que el panameño ha hecho parte de su vida y que debe seguir, sobre todo para la juventud”. Igualmente Claudia Díaz, indica que el tiempo libre lo usa para vacacionar, pasear y compartir con la familia. A ella, como a muchos otros, les encantan las polleras, las reinas, las comparsas y sobre todo las mojaderas.

Mientras hay quienes discrepan con el carnaval, muchos aseguran que es una tradición que debe fortalecerse

De la misma manera, existen ciudadanos como Irma Hernández quien dice que deberían ser suspendidos porque hay cosas mas importantes en el país, y que el dinero que invierte el gobierno se puede usar en mejorar los servicios públicos, como el agua que tiene tantas deficiencias en algunas barriadas de la capital.

Sugerencias de los vecinos

La sabiduría popular arroja que los carnavales son, con opiniones a favor y en contra, importantes y merecen la atención, inversión y disposición de la comunidad, entes públicos y empresa privada.

Alberto Santiago, quien trabaja en el sector turismo, recuerda con melancolía las celebraciones de décadas anteriores y denuncia que hoy si el Gobierno Nacional no invierte una partida los carnavales en la capital desaparecerían. Hace un llamado a las marcas y corporaciones que hacen vida en el país para que inyecten capital en esta tradición del istmo.

Así mismo, si bien las actividades están enfocadas en divertir al pueblo, Miguel Ávila sugiere que el gobierno no debe apoyar los carnavales y olvidar otras prioridades de las comunidades, y que así como este año destinaron un millón de balboas para la logística de este feriado se debe cancelar las deudas con la comunidad de adultos mayores que esperan sus pensiones.