Blancas, rosadas, naranjas, amarillas, moradas, fucsias y de muchos otros colores, ninguna planta goza de un nombre tan acertado como las veraneras.
Y es que aunque puede florear en cualquier época del año, es en el verano cuando más podemos verlas en todo su esplendor, luciendo sus hermosas tonalidades vibrantes. Su color proviene de la transformación de sus hojas (brácteas) que se tiñen y resguardan a la verdadera flor blanca para protegerla.