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«Todos somos seres humanos, todos somos peatones»

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El usuario de a pie es el más vulnerable en la dinámica de la movilidad, por lo que es urgente construir ciudades que respeten al peatón.

Textos y fotos: Juvenal Cubillán

La Carta de los Derechos de los Peatones establece que los servicios públicos y mobiliario urbano sean adecuados para facilitar caminar y cruzar las calles con seguridad, además de promover ciudades hechas a la medida de la gente y no de los vehículos

Con estadísticas que reflejan que en Panamá, el 40% de las víctimas fatales relacionadas con accidentes de tránsito son peatones, superando la media internacional que oscila entre el 16 y 19 por ciento. Fue presentada la Carta de los Derechos del Peatón por parte de la Fundación de Educación Vial (FEVIAL) y la Alcaldía de Ciudad de Panamá, con el apoyo de la Liga Peatonal de México, acto en el que el alcalde José Isabel Blandón recibió la carta compromiso.

La presidenta de FEVIAL, Osiris Gratacós, explicó que el usuario de a pie es el más vulnerable en la dinámica de la movilidad, por lo cual es urgente construir ciudades más vivas que respeten al peatón, ante lo cual, exhorta a los municipios a incluir proyectos en el proceso de descentralización para levantar infraestructuras peatonales y cumplir con las metas del decenio en materia de seguridad vial 2011–2020 en sus cinco pilares en gestión: seguridad vial; tránsito y movilidad más segura; mejoramiento continuo de la tecnología de seguridad pasiva y activa para lograr vehículos más seguros; cambio del comportamiento de los usuarios de las vías de tránsito en base a la educación; y el aumento de la capacidad de respuesta a las emergencias y rehabilitación a mediano y largo plazo, desde la perspectiva de los derechos humanos.

Claudina de Gyve, de la Liga Peatonal de México, entrega al Alcalde de Panamá, José Isabel Blandón, la Carta de los Derechos del Peatón.

Todos somos peatones

Enfatiza Osiris Gratacós que “primeros somos seres humanos, lo cual establece el principio de todos somos peatones, es decir, somos los usuarios de los espacios públicos reconocidos como áreas abiertas a la ciudadanía sin importar credo, género, raza, etnia, condición física, sexo o apariencia; y entre nosotros existen personas con discapacidad, niños, niñas, adultos mayores, mujeres y hombres en general y por tanto, cualquier desarrollo urbano y hábitat tiene que fundamentarse en el peatón”.

Puentes anti peatonales

De acuerdo con la experiencia azteca, Claudina de Gyves, representante de la Liga Peatonal de México, asegura que los peatones son los que tiene derecho y no pueden continuar relegados a los espacios que los diseñadores urbanos destinan a las áreas peatonales. “Es una práctica de años donde se le ha dicho al peatón por donde puede transitar y por donde no, en espacios que privilegian el transito y parqueo automotor, cuando debería ser al contrario, pues el ser humano camina desde su creación y los vehículos poco más de cien años, lo cual resulta toda una contradicción, que causa la muerte a miles de personas anualmente”.

“De allí que en Ciudad de México y otras ciudades aztecas” prosigue De Gyves, “se ha desarrollado con relativo éxito el desmontaje de puentes anti peatonales, y los llamamos así porque estos no resuelven las necesidades del peatón, y, muy por el contrario, vuelve muy complicado e inseguro el cruce, además de no ofrecer adecuada accesibilidad a personas con movilidad reducida, sin dejar de lado que sobre muchos de ellos se comenten delitos contra las personas que los utilizan”.

Explica de Gyves que esto demuestra que los puentes o túneles peatonales son infraestructuras hechas para los automóviles y a la medida de éste, para no interrumpir en flujo vehicular, obligando a los usuarios de a pie de las vías a conformarse con lo diseñado para caminar con todos los riesgos que eso implica cuando no se respeten los estándares peatonales internacionales. Además, reitera, la inversión y mantenimiento del puente anti peatonal es mucho mayor que el cruce seguro, mientras que los beneficios de este último son tres veces más a los de este tipo de puentes.

La asesora mexicana aclara que muchos de estos puentes son solicitados por los usuarios de las vías, pero los vecinos no piden lo que no conocen y existen otras alternativas peatonales más seguras, eficientes y económicas que privilegien la línea del deseo peatonal en favor de los usuarios más vulnerables, toda vez que los humanos como seres racionales buscamos el ahorro de energía y practicidad, por tanto el camino más corto para desplazarnos: En un cruce seguro el peatón recorre 11 metros, mientras que en un puente anti peatonal con pendientes de 6% el peatón recorre 103 metros, o más cuando los cruces de cebras son obligatorios cuando se busca privilegiar el fluido vehicular.

Problema de salud pública

Por su parte, Juventino Quiroz, del Movimiento de Ciclistas de Panamá, concluye que lo que “tenemos como cruces es lo que nos merecemos, así como las escasas aceras y espacios para caminar con obstáculos, altas y bajas en el trayecto lleno de riesgos”. Agrega que “igual peligro corren los ciclistas ante la escasez de ciclovías y espacios para tal fin, más aún cuando el uso de las bicicletas facilita la movilidad, ayuda a la salud y es una actividad cero contaminante”.

Las estadísticas latinoamericanas establecen que el 50% de las víctimas en accidentes viales son usuarios vulnerables, entendido como el peatón, ciclista o motociclista. En el caso de los peatones, no todos se mueven a la misma velocidad porque dependen de su condición física, edad, salud, acompañamiento, uso de mascotas, embarazadas, entre otros, situación que obliga a su consideración en los procesos de movilidad urbana.

Primera víctima por accidente vial fue una mujer el 17 de agosto de 1896.

 

Foto 1: Osiris Gratacós, presidenta de Fundación de Educación Vial.

Foto 2:

Fotos 3 y 4:

 

Directora editorial de Alpha Grupo Editorial, experta en medios de comunicación social, con una trayectoria de más de 20 años en periódicos, canales de televisión, revistas y en áreas de la comunicación corporativa.